jueves, 28 de enero de 2010

Manal no manà

Hace calor, hace rato que esperamos sentados cerca del escenario. El boliche no es grande, al medio la batería y dos cuerdas, una de cada lado. Arriba, tocando un techo cóncavo, como si fueran globos, una cantidad de paraguas abiertos. Llegan los músicos.
1....2.....3.....4 chin chin, entra el bajo y la viola parece una trompeta, aclara, estalla voz fresca, entra, se ensambla. acople, blues, a mi lado una mujer se mueve, el cuello, los brazos, adelante unos pibes se asombran. Estamos? somos? uno que otro se mira, observa, escucha manal, los setenta, tan lejos, tan cerca como si fuera lo mismo, ahora, damebola canta, la voz de Javier, raspa el micròfono, batero que bate y mira sobre los anteojos, al guitarra, se prece a turturro turturro que mueve, sì mueve la viola, No Pibe, dice es la voz, que persuade y tedice asi seguido que ahora es el tiempo. Mi amigo, mi hermano, mi primo, la espera, me suena, me asombra, mùsicaaaa, mùsica intemporal, se mete en los intertiscios, desarma, volamos. Esa petisa levita sobre nosotros, como Mary Popins y el chico de campera, pendejo, no pibe, descubre y se asombra y se asusta, ahora lo sabe, que tiene que zappar largo, y zarpar hasta llegar cerca. de la mina que vuela, del batero que canta como un pibe y muestra el camino.

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