jueves, 31 de diciembre de 2009

el intervalo

ahora entiendo
esto de la esperanza
es una ráfaga
como un destello
el aire se llena
la cama te espera
para que sueñes
porque has entendido
en un segundo
que no es el tiempo
ni la música
ni el poema
es el intervalo
en que todo se ilumina
y te sorprendes
por no haber estado
por un rato
en ninguna parte

miércoles, 30 de diciembre de 2009

sin novedad en el frente

"es el alba
su canto es un
desgastado pronòstico

de lo que has de hacer
dentro de un rato
aunque te niegues
y quieras un dìa
diferente
y adios digas al cuerpo
al cafe con leche
a la ducha
a los ensayos
a la màscara
colgada en el perchero
y entonces te desprendas
de tu traje
de la corbata
y tomes un òmnibus
al sur que está
en la punta de tus zapatos
junto a la pelusa
bajo la cama
y no es así ; decides
como siempre
por el perfume
por la raya
frente al espejo
y afrontas otro dìa
como siempre
sin sorpresas
llegaràs a la oficina
estarà tu jefe
la secretaria
te servirán el cafè
que sabe a todos los dìas
diràs gracias
y leeras tus correos
mientras el repetido mundo
se extiende
como una sàbana
tapando tus deseos

Macedonio

si estuviera Macedonio
tendrìa un blog?
serìa jurado
en un concurso de belleza
haría comentarios
sobre sus contemporàneos?
omitirìa premios y castigos
harìa asados con el diario Clarìn
me dejaría sentarme a su lado
en el cafè del once
se reirìa de Tinelli
y sus muñecos alquilados?
ah si estuviera Macedonio
si macedonio estuviera
escribirìa mejor que yo
que vos que nosotros
que nadie

martes, 29 de diciembre de 2009

Drumond

pasa el día
no te resignas
a ver el agua
cuando se vá
es el tiempo
como un segmento anodino
entonces para mitigar
el dolor
encuentras
un verso de Drumond
ahí está dices
quieres gritar
compartir esa palabra
distribuirla
por la calle
feliz año¡¡¡
cuando el poeta
surge como un sol
en las tinieblas
entonces ganas la calle
y cada minuto
de vida
es una imborrable
sorpresa

viernes, 18 de diciembre de 2009

entre paréntesis

entre paréntesis
hay comentarios
que se podrían omitir
podría haber
entre parénesis
puntos suspensivos
tiempo de silencio
hay olvidos
historias paralelas
una llamada telefónica
un pensamiento
una novela
que entre paréntesis
acabas de recordar
también podrías
quedar emparedado
entre paréntesis
y nadie te escucharía
hay algo de Poe
entre paréntesis
lo que prefieras

Hay un lugar para todo

hay un lugar para todo
está el sauce
la casa y la chimenea
el camino que regresa
lo dibujaste tantas veces
y el barco con su voluta de humo
y el caballo y la puerta
esta escrito y soñado
es sólo un lugar
al que has de acomodarte
como un libro en la biblioteca
entonces todo tendrá sentido
aunque te olvides
de haber vivido
y todo ocurre
antes de que la piedra
haga !plac!
en el centro del agua .

viernes, 11 de diciembre de 2009

sueños

sueños perdidos
en un bosque de vigilia
no se saben por sí mismos
pero uno a veces
los transforma en versos
en relatos imperfectos
o los encuentra en otros sueños
entonces uno se alegra
y sonríe en silencio
con los ojos cerrados
otros mueren olvidados
y caen como hojas
lluvias transparentes
lágrimas repentinas

A veces los sueños
se vuelven suspiros
y se desvanecen
en el aire

miércoles, 9 de diciembre de 2009

la chica



. Era como un sueño imposible de contar . "Cuando me suceden las cosas no las pienso, las vivo con tanta intensidad, que no hay palabras", pensó .Aparte ella era chica y nadie le creería , ordenar aquellos sucesos , pequeños y significativos de su vida en su diario ,escribirlos en secreto, o en un cuento como si se tratara de otra y no de ella misma:, frases, oraciones. El cuento así, era otra cosa, allì se abrirìan puertas a la curiosidad ajena. Era un riesgo que de niña asumìa para que luego la trataran de fantasiosa e inclusive la controlaran hasta cuando dormìa. A quien contarle sobre aquel fantasma que la visitaba y que con voz casi inaudible, le anticipaba
el futuro. Al principio no le creyò,como otras veces, hasta que sintió algo cálido, caer entre sus piernas y pudo comprobar lo que había en sus manos y se puso a llorar. No se animaba a contarle a su madre, acaso la internarìan o la llevaran a la casa del hombre de anteojos que le harìa las preguntas de siempre mientras tomaba nota en un pequeño cuaderno. No entendìa eso de andar encontrando repuestas para todo tan propio de los mayores. El tiempo era una caja de madera inmensa, haciendo tic tac, en el gran salòn de la casa."El tiempo es el recorrido de un punto al otro" recordò que le habìa contado el fantasma y ella se lo explicò a su madre .

-Quien te lo dijo?

-Alguien, la caja de madera.

Era en la casa del campo, donde màs la visitaba, en los dìas largos de verano cuando sin motivo; la mandaban a dormir la siesta . Era una casa colonial de innumerables habitaciones, algunas a las que nunca pudo conocer y sólo eran puertas cerradas porque era muy chica para visitar la sala de armas o la habitaciòn de sus tìos abuelos .

-Me contàs porquè?-

Estaba acostada y se habìa puesto una toalla entre las piernas para no manchar las sàbanas. Le dijo que era la vida y que ahora podrìa tener hijos.

-Se van a enojar.

Si le cuentas lo que te digo se van a enojar, no es engañarlos si le dices lo que te pasa. Ellos no entienden que el tiempo no existe y jamàs lo comprenderàn. Yo no te he elegido para contarte estas cosas, fuè porque conoces las verdaderas preguntas.

-Y cuales son las verdaderas preguntas?

Aquellas a las que sòlo vos conocès las repuestas.

-Hay hijita!!! exclamò su madre, cuando le mostrò la sangre que le chorreaba entre las piernas.
No lloró esta vez. Se quedó esperando, sin preguntas para hacer.

sábado, 5 de diciembre de 2009

paco ibañez

suena paco
su guitarra redondea
aires lejanos
es parìs no es lo mismo
que una alameda
que un galope
que los olivares
bajo la siesta
de andalucìa
yo lo escucho
en buenos aires
no es lo mismo
la maleza ausente
la lengua exacta
de hernandez
hablada escrita
en una siesta de sevilla
suena paco
paco ibañez
y su voz es un aullido
interminable
y es lorca y es la tarde
en que a la siesta
escucho las palabras
heridas de muerte
no es lo mismo
cuando no se està
donde uno quiere.
aunque me revuelque
en mi voz
y corra por el agua

miércoles, 25 de noviembre de 2009

La torta

"Cinco mil huevos", recuerdo que dijo, frente a las cámaras de televisión, el coronel interventor de la provincia de Salta, :"tres toneladas de harina y quinientos kilos de azúcar", con tono altisonante como dirigiéndose a su tropa."será la torta más grande del mundo".
Era finales de los sesenta y la ciudad se preparaba para cumplir años el 16 de abril, por alguna razón que aún no recuerdo, vendría el presidente a inspeccionar el estado de la provincia.
Ya habíamos presenciado el festival latinoamericano del folklore, el campeonato mundial de la empanada, ganado por doña Florentina Quispe en una final inolvidable de degustación hecha por el mismo gobernador, y que le causó, según se contaba, una colitis de la que le costó recuperarse. Aún lo recuerdo, con el andar de petiso, recorriendo y repartiendo sonrisas, con el rostro achicado por el amplio bigote, la visera, y los anteojos negros Ahora se haría la torta más grande del mundo, sí señores, cómo no celebrar con el pueblo su cumpleaños trescientos.
Con la política proscripta, la gente sólo acudiría si había pan y más que bueno."un gran merenge de cuatro pisos, una torre blanca rellena de dulce de leche" concluyó el coronel, luego con un golpe fuerte de talones, y una vibración que hizo temblar la cámara, se retiró del lugar acompañado por el obispo y el ministro de educación, un ingeniero especialista en puentes, calvo y medio tartamudo.
Se haría en la plaza Guemes, frente a la actual legislatura( en ese momento eran los tribunales de justicia) al lado del monumento a Don Hernando de Lerma, fundador de la ciudad y representado con la espada apuntando a la tierra y la mirada dirigida hacia el cerro San Bernardo.
Yo vivía a la vuelta , así que por ocio o curiosidad hice algunas excursiones para observar en detalle, la gran construcción, pero un vallado de soldados y un alto círculo de lona, rodeaban la obra y sólo podía ver la cabeza de don Hernando asomando como si quisiera huir del grupo de reposteros que trabajaban en silencio.
La torta se iría construyendo poco a poco y el gobernador rezaba para que no lloviera o que algún otro fenómeno conspiraran con su objetivo primordial.
-Será inolvidable, llegamos justo a tiempo.
Se supo que la idea había surgido de su esposa, se supo por un colaborador indiscreto, que tenía que hacer algo, para justificar sus funciones y que sería una oportunidad excelente para ascender a general.
Y llegó el día.
El gentío se agolpó alrededor del muro de lona, instalaron un micrófono, que estuvieron probando "hola hola" desde muy temprano. El acto sería a las tres de la tarde, pero hacia el mediodía se instalaron y cubrieron el césped, vendedores ambulantes de empanadas y vino.
-Después viene el postre - declaró el loco Cancino jefe de la barra brava de Juventud y su grupo de choque levantaron las botellas para festejarlo.
Cuando se acercaba la hora , cayó la lona:
Era inmensa y blanca como una pirámide escalonada, casi de la misma altura que el monumento. Dos chicos pequeños , habian escalado como monos un árbol y sentados a horcajadas en uno de sus brazos, se mecían lentamente sobre la torta. Nadie, muy pocos los vieron, creí sentir como todos un deseo extraño, algo primitivo, inevitable.
Al lado, un pequeño escenario aguardaba la inminente llegada del gobernador, entonces nos empujaron y lo vi : al pasar a mi lado pude sentir el olor a pomada y ver sus enormes botas color suela
Luego subió al escenario,orgulloso y en silencio , solo se escuchaban los pasos a través del micrófono que se multiplicaba por los parlantes diseminados entre los árboles de la plaza. Luego lo hicieron el obispo y un grupo de civiles que se sentaron a sus espaldas.
El obispo se paró y arrojó agua bendita. Después, la esposa del coronel, una gorda alta, con un sombrero adornado con flores cortó la cinta rosa con una tijera de podar y se sentó luego de recibir algunos saludos. Se sonó la nariz, emocionada, con un pañuelo y miró al gobernador, que esperaba para decir su discurso con un papel en la mano y en la otra sus anteojos...
-Pueblo de salta -exclamó- lamentablemente no pudo venir nuestro presidente...
Hizo una pausa.
-!!!Queremos el postre!!!- escuché a mis espaldas una voz, luego otra y otra.
En un instante el clamor se apoderó de todo , como un torrente cubriendo la voz del gobernador,espantando los pájaros.Creí ver el temblor de la crema.
-Cuidado!!- una mujer chilló a mi lado -cuidado...
Primero, fué el que estaba más cerca, luego el otro niño cayeron sobre la cúspide de merengue, y se hundieron hasta desaparecer completamente.
La masa avanzó sobre los soldados,incontenible, hacia la torta que se desmoronó hacia un costado dejando un esqueleto de madera y crema. En menos de un segundo todo era un alboroto de manos y rostros y el gobernador desapareció entre el confuso merengue.

martes, 24 de noviembre de 2009

soy yo

hay como sellos
el olor de la sombra
una siesta en cachi
a mujer anhelante
a subterráneo
la diligencia
fuga inacabable
la despedida de bogart
con el pucho en la boca
la danza de Gilda
el bolero de las pliseskaia
el último amague antes del toque
de Maradona
el traje de comunion
el misal blanco
las estampitas con tu nombre
el primer cigarrillo
la erección inocultable
quedan cosas
grabadas en el rígido
que de vez en cuando
deberíamos exponer
con el título
"soy yo"
en el parque centenario

Te cuento

estabas mezclada
entre los personajes
de un sueño
en el bar de la Galesa
davalos me dijo
en un castellano dudoso
me pediste
una coca sin fernet
querías cuidarme
de la cerveza
de mi lengua
que no se enojen
me dijiste con los ojos
los comensales
no te hice caso
como siempre
me dediqué a insultar
a mi jefe
vestido de sargento
con mi vaso de whisky
con hielo y sangre
(en los sueños
no hay tiempo
para concretar la venganza)
igualmente gracias
si no fuera por tu intervención
no hubiera tenido huevos
para asesinarlo
antes de despertar

viernes, 6 de noviembre de 2009

Acerca de Borges

Asisto a la obra " Lo que Borges nos contó", estoy sentado cómodamente y observo más abajo ( la sala tiene forma de anfiteatro) , el escenario: sólo hay cuatro micrófonos , un piano eléctrico, un acordeón, una flauta y algún instrumento que no puedo reconocer, aguardan la presencia de los artistas, la luz sólo se concentra en ese ámbito. Ahora por la derecha, descienden, silenciosos, como espectros y ocupan cada uno su lugar. Son tres figuras, el de la voz, sentado, simple empieza a leer; mientras el piano y una flauta lo acompañan. cuenta como si no leyera;"El otro Borges", que suena como una queja y percibo cómo las palabras; se entreveran en el inconsciente de los espectadores. Así, con la lectura del cuento, ; la voz grave del poeta se mezcla en el cuerpo del intérprete y lo somete a un trance compartido. Borges nos cuenta y se cuenta a través de Santiago Kovladof, como si se confesase, la historia del impostor, que escucho asombrado. La música acompaña y se fusiona. a veces suave otras, estridente, a , en la bruma de mis propios sueños . Los veo, uno al piano y otro en la flauta, un trío. La oscuridad es cómplice, es un espejo que multiplica las conjeturas, un tambor imperceptible.late, en el aire denso. Ahora; poseídos por el hechizo,navegamos en un río, hacia nuestro propio centro."El aleph"así leído, estalla en ímagenes y reminiscencias, la infancia, los textos, la enciclopedia, la ruindad, el amor. Difícil explicar en forma secuencial,decir con palabras, lo que estos artistas consiguen; acaso su logro consista en acercarnos a nuestro propio abismo, a ese umbral que pudieron vislumbrar. el Dante ,Leonardo, Galileo o Marcel Schow, acaso el rostro de lo inefable. Así nos conduce al otro lado, nos escinde y viajamos a través de la perfección de los textos; por las páginas de lo no escrito, el propio libro de arena.
Maravillosa antología "Lo que Borges nos contó", respetuosamente tratada por estos tres artistas.
El fin, es el cuento, la controversia inacabable de los hombres, esa locura del que mata, para luego ser víctima del otro, del otro....la inmortalidad, aunque el que muera sea el propio Martin Fierro.
Recavarren, hace sonar el cencerro para contarnos con los ojos, lo que acaba de suceder.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Milagros del amor

Le vamos a mostrar, dice el periodista, de lo que es capaz el amor. La mujer recibió cinco balazos de su celoso marido, que luego intentó suicidarse, y no pasó ni lo uno ni lo otro.
El periodista , en un primer plano, imprime un botón, es una casa de barrio con su infaltable reja, al fondo una puerta que se abre y aparece ante nosotros la dama de la historia.
-Pase dice y entramos a la casa.
Es morena gorda y de pelo cortito, ninguna belleza, a mi entender.
Se sientan junto a la mesa
-Cuentenos
-Bueno fué un tema de celos, no sé, le dijeron al chino que yo andaba con un remisero. Se puso como loco.
-Entonces?
-Apareció por esa puerta, la que dá a la cocina. Yo estaba tomando unos mates:
-Yo estaba allí donde está ud sentado, el apuntó y pum!!!cinco tiros, uno me dió en la cabeza de resfilón y otro en el pecho.
Ahora vemos en primer plano una fotografía, está al lado del chino y dos niños.
-No perdió el conocimiento?
-Nó, pude ver como se disparaba tratando de matarse, entonces me envolví con el mantel, estaba en camisón.
La voz es calma, ensayada
-La familia, dice cuando volvemos a la foto, luego vemos una en la que están los dos recién casados. El con su pelo largo , petiso y trajeado.
-Entonces me llevaron al Evita y me curaron.
-Y usted lo perdonó?
-Y...sí, sabe qué? tengo las radiografías que me tomaron.
Vá hacia un armario y retira un sobre. El periodista lo abre y nos muestra el esqueleto de un tórax.
-Ah!!! miren el proyectil.
Una bala fosforece.
-No me la pueden sacar, dice, es peligroso.
-Lo que es el amor exclama, el periodista.
Luego nos cuenta la mujer gorda que el Chino está preso y quedan con el periodista en visitarlo en la cárcel.

viernes, 16 de octubre de 2009

La hora del cierre

En el Tribuno de Salta, único medio gráfico, en la última página y de forma breve, escribe un periodista con el seudónimo de tombolito. Pequeñas historias a veces reales a veces inventadas, hace un breviario agradable, liviano y profundo. Siempre están allí, anécdotas, referencia a los santos, una frase célebre, dicha al pasar nos deja vagando en medio del día.
La noche es el momento para inventar una historia, el maestro Tombolito las diseña a gusto y placer.
-Ya está, dice todas las madrugadas.
Es una especie admirable de escritor silencioso.

martes, 13 de octubre de 2009

Un buscador de belleza

Provinciano, autor del Viento Blanco, se dirige a un auditorio en el Jockey Club de Buenos Aires:"Vosotros estais realizando un tipo humano soberbio; el argentino del futuro; yo represento un viejo tipo, retardado quizá, que se viene cimbreando en la sangre de mis venas, desde el fondo de mi raza. Vosotros sois alegres, optimistas, afirmativos; yo soy arcaico, lento, huraño, inactual. Por eso no he pedido a la existencia más que una ínfima parte de sol y de alegría, no he reclamado a la tierra más que un rincón estrecho donde vivir y morir; no he pedido a la sociedad de de mis coterráneos más que un poco de soledad y aislamiento. No soy pues, ni literato, ni retórico, ni sociólogo, sono esta cosa sencilla y casi triste: un buscador de belleza en el paisaje natal y en las almas ingenuas de mis comprovincianos; y si quereis, un poeta"
Juan Carlos Dávalos 1921

El sábado

Yo ví a Frankestein
bajo la lluvia
arrimar su enorme pie
al cuero mojado
de una vaca maltratada
un gordo dando panzazos
sobre el pasto maldecido
el diluvio sobre el asombro
excorsismo breve
para tanto demonio suelto
palermo elefante inacabable
aporreador inconciente
postergaste por un rato
nuestra muerte

viernes, 25 de septiembre de 2009

Simon

Simon de samosata no era descuidado. Para nada, su biblioteca tenía un orden estricto. Los libros estaban dispuestos de izquierda a derecha de arriba hacia abajo. El orden tenía una lógica que correspondía exactamente a como había leído, su primer libro "el tigre de la malasia, estaba en lo alto a la izquierda" bastaba con mirar el lomo y el título para que simón recordara las aventuras de Sandokán y su amigo Yañez, trescientos libros adelante había un ensayo sobre Salgari, también recordaba que el autor nunca había viajado a la india, luego de un momento de perplejidad se alegró por la imaginacíon del autor italiano.
Vivía sólo en una cabaña y sólo salía de la misma para viajar a la ciudad a comprar libros y comida en abundancia.
La comida, se cosume con mis lecturas, decía con orgullo cuando charlaba con su amigo Oscar, librero que a veces invitaba a comer a su casa.
Así, por orden de lectura simón recordaba aspectos de su vida. Las Flores del Mal le recordaban a Eleonor, era el libro setecientos cincuenta " o tus lecturas o yo", le había dicho esa tarde interrumpiendo sus lecturas de Ovidio, la metamorfosis, el levantó los ojos y escuchó el portazo.
Estaba leyendo, El hombre sin atributos, cuando se enteró del golpe de estado, así que entre el libro dos mil ciento cincuenta y el dos mil cuatro veinte se las pasó leyendo novelas policiales.
Así se conformaba la biblioteca, tuvo que ampliar la casa de izquierda a derecha, por suerte el terreno era plano y había calculado que moriría en el número diecisiete mil once.
El libro que estaba leyendo no le gustaba demasiado, es que aquella vez no estaba Oscar y la señorita que lo atendió le había vendido un betseller. Ya en la primera página, Simón adivinaba el final, pero debía cumplir el mandato. Al terminarlo, con fastidio lo colocó en su lugar correspondiente. Tenía algo de sueño y se acostó a dormir.
Soñó como siempre relaciones de sus lecturas, un cuento de Borges, tal vez nunca escrito, era una biografía breve sobre el autor del libro de arena, escuchó la voz de un poeta recitando "el verso que me falta", sherezade, las mil y una noches y en lo más profundo vió su biblioteca. Sus libros se entremezclaban, enojados por la compañía del último libro. Si el orden cambiaba, soñó que soñaba, todo su ser se desintegraría y ya no sería él al despertarse, hizo el esfuerzo y se despertó.
Entró a la biblioteca, tomó el último libro y lo arrojó al fuego sin tristeza:

miércoles, 23 de septiembre de 2009

lunes, 21 de septiembre de 2009

Mi primo Juan

Las manos no correspondían con ese cuerpo macizo, algo pequeñas y blancas, manos para escribir y soñar, para suavizar palabras . Me recordaban a las manos dibujadas por Miguel Angel, ese índice de Adán, tocando el botón, el timbre que nos abre la puerta del cielo. La camisa blanca arremangada hasta la mitad del antebrazo, camisa de vestir, de primer traje que intercambiaba con su primohermano Jaime para las fiestas de quince, aunque Jaime fuera un poco más flaco y alto tan buen mozo como él, al decir de sus admiradoras, más ligero wing tres cuartos, hábil para esquivar la torpeza del tackle. Juan en cambio era el ala, el que se arrastraba rompiendo piernas, el que terminaba con las rodillas embarradas. Pero Juan era el más grande, el propietario del nombre de mi abuelo, porque era el mayor de los primos. Cuando surge su nombre, se me aparece él y su ser se transforma en algo que uno quiere contar y no puede del todo una imposibilidad técnica de relatarlo porque era más en sí mismo en su invisibilidad que en la descripción de sus apariciones.

"No es nada tía", le decía a mi madre, tenía la frente ensangrent:.ada" fué solo un tronco que estaba bajo el agua", porque el río había crecido demasiado ese enero en Salta, después de Reyes, cuando la casa se llenaba de primos y nos íbamos al río y los más valientes se tiraban desde un árbol, de cabeza, en un concurso de temeraria inconciencia. Desde lo más alto Juan se tiró al pozo sin sopesar el peligro, dijo Jaime, ese río que parecía tan manso antes de la lluvia, ahora bajaba banda a banda hachando los costados, arrastrando troncos y piedras y todo se mezclaba bajo el agua chocolate, todo lo posible.

Después de estar entre primos, en unos pocos días, Juan se mimetizaba en una totalidad donde nos mezclábamos hasta conformar una banda de poetas improvisados. En la casa, que llamábamos la veinte, porque éstaba en la calle 20 de febrero, estaba la matriz, allí las paredes transpiraban un lenguaje propio, que intentabamos descifrar en el crujido de la pinotea las noches de insomnio donde alguien creía ver fantasmas y aparecidos. Donde las mariposas nocturnas chocaban contra el cieloraso.

Tras algunos años, ya en Buenos Aires, fuimos a veranear a Pinamar, en el auto lleno ; Juan iba sentado en el asiento de atrás. LLegamos la madrugada del primero de año, en plena sudestada, fuimos directamente a la playa a ver el amanecer, todo era de arena y viento, y el mar bramaba. Juan en calzoncillos, corrió y se hundió entre las olas desapareciendo por un rato, luego regresó hacia nosotros, como el Bautista dijo mi padre, loco y sagrado.
Hay dispersas en mi memoria visiones de Juan Carlos, cómo trataba a su madre de tú, él que trató de comprender la historia de amor de su madre con el hermano de su padre. Epoca en que formaban una curiosa familia entre primos hermanos, mezclados en el caldo espeso de esa historia densa digna de un relato shakespiarano y sin embargo todo sucedía como si la normalidad adquiriera otras formas, tan diferente a las convicciones burguesas.
-Hola primo, me saludó desde la calle, era noviembre del 74, su rostro envuelto por la lluvia, yo estaba sentado junto a la ventana en el café La Paz, eran como las 11 de la mañana, tenía la cabeza cubierta por un anorak azul. Entró, nos abrazamos, ahora ya era de su tamaño y sentí el olor inconfundible de su cuerpo, olor de par, de la inconciencia de la sangre. Le comenté "Bizancio como un flojo cognac dentro de mí", Vallejos, dijo y se sentó quizá de tal modo como si por primera vez me viera , como si siempre hasta allí, me recordara mezclado entre los demás primos. Observé sus manos, allí sobre , la mesa, intactas y blancas .
Me acuerdo, me dijo, cuando vimos la Ni Vencedores ni vencidos , el despelote y la esperanza, fué hace menos de un año y ya todo está tan desgastado. Tenés que ver Aguirre, es increíble el comienzo es tan hermoso y triste ese final, ese Kinsky mounstruoso y solo, sabés primo? los Dávalos tenemos algo de eso, era fines del milquinientos estaba loco y remonta el Amazonas buscando la ciudad del oro. la mayoria de los actores son aborígenes vestidos de europeos, irrisorios y reales. Es la esencia de la conquista y de la locura de nuestros antepasados, al final llega a la desembocadura del Amazonas en una balsa llena de ratas pero no lo sabe.Este Herzog es inmenso, creo que me dijo .
-La veré, te lo prometo, luego hablamos de mi hermano, Balta está loco le dije
-Todos lo estamos, querido primo.
Quedamos en silencio mirando la lluvia cómo caía sobre el pavimento de corrientes, más allá del kiosco y de nosotros.
Unos días después mi primo fué asesinado por la triple A.

viernes, 18 de septiembre de 2009

Espartaco

Cierto escritor, menciona que los hechos son irrepetibles. Tal vez por eso uno los recuerde como remembranzas de una realidad que se nos escapa. Aquel pavo me izo retroceder, sorprendiendome . Abrió sus alas, y emitiendo un sonido estridente, se me acercó, como para atacarme. Un terror me arrastró y caí a la fosa, de espaldas, para mi estatura de seis años, era una caída larga demasiado larga en medio de la siesta.
Mi hermano y yo, no sé como, cruzamos la pared medianera e invadimos ese terrirorio desconocido, el aserradero en busca de aserrín, con él haríamos una pista para un circo. No importa cual sería el número, necesitábamos material y allí lo conseguríamos. También nos proveeríamos de madera para hacer las espadas como en Espartaco, yo lo seré, me dijo, vos Cayo Craso. Todos los días escuchábamos la sierra tras el muro, el posterior olor a madera herida, perfume de árbol, fresca y blanca. Luego el ruido de los tablones murmurando como si al apilarse recuperaran la memoria, eso me decía mi hermano, en el fondo de la casa, esa casa llena de poetas. En la película, el actor moría crucificado por su rebeldía, no haríamos esa réplica sólo la del entrenamiento y el plan ya estaba ahora trazado. El aserrín, llenaríamos el fondo de aserrín, por eso estábamos en el aserradero y yo caí en la fosa, nos descubrirían, pensé, si gritaba para pedir auxilio. Abrí los ojos, desde el fondo ví la cara de mi hermano, me ayudó a salir, lloraba en silencio, me costó mucho subir la pared, luego supe que tenía fracturada la muñeca. si te callas, me dijo, serás Espartaco.
Le dije a mi madre que me había caído de la bicicleta, luego hicimos el circo y el yeso me sirvió para protejerme de los golpes de la espada de madera

lunes, 14 de septiembre de 2009

Martín

Mi tío Martín era un activo integrante de la familia. Una especie de Organizador necesario en este grupo de seis hermanos varones ; proclives al arte y en el caso de mi padre, al desorden. En los cincuenta se vino a Buenos Aires, se hizo gendarme, cosa que tuvo el fin que tenía que tener. Un brote de locura que lo llevó a una internación de tres meses en el Hospital Borda, lugar, que muy probablemente, haya dejado huellas profundas y muy disimuladas, por su gran espíritu creativo.
Si debiera definirlo por un talento en particular, creo que de todos, era el más diverso. Podía tocar en la guitarra, un concierto de Albéniz o inventar una cancion o vender libros o escribir un cuento o tántas cosas que solo un espíritu inquieto podría emprender. Por eso, cualquier cosa que contara de sus andanzas, omitiría otra tan verídica como inverosímil.
Así lo recuerdo, tocando su vidala para Arturo, bajo un algarrobo, con su canto límpido, en la quebrada de San Lorenzo. Perfectamente lúcido, como si la locura que alguna vez lo visitara se replegara y trasmutara en su arte inocente y puro.

jueves, 10 de septiembre de 2009

EL GRAN PEZ

sabes, una vez me sorprendio la noche y tuve que andar como perdido por el monte. LLevaba una tropilla de peruanos, por el cauce del río de Salta a Luracatao. Tardaba alrededor de tres días, en llegar. Tenía diecisiete años, y ya empezaba a pintar mis primeros cuadros, me gustaba en las vacaciones, andar, por ahí y era una experiencia eso de arrear una tropilla y ver cómo se mostraban los cerros a medida que avanzaba, lento, sin apuro, los caballos se juntaban solos como si obedecieran a una orden secreta. El primer día me costó un poco juntarlos como si se rebelaran al viaje, pero este segundo día, luego de dormir con la cabeza apoyada a la montura, me desperté y me propuse andar veinte leguas, río arriba. Fué un día de puro sol, llevaba charqui, pan y agua en una bota, fresca, agua que llegaba mansa de las vertientes, y que calmaba esa sed que uno tiene en la juventud. Así anduve hasta que me sorprendió la noche sin saber deonde me encontraba. A lo lejos sobre un promontorio, ví lo que parecía una construcción, oscura contrastando con la semioscuridad, un edificio extraño, demasiado grande para ser una casa. ´Desmonté y empecé a subir con bastante dificultad por un camino escarpado al llegar me encontré con un enorme portal, abrí las puertas y para mi sorpresa me encontré con una Iglesia abandonada, sí a medio construir, como si se hubieran arrepentido o vaya a saber qué cosa. había algunos bancos, un púlpito, y un techo a medio construir. En silencio de media vuelta, monté y seguí viaje. Desde ese momento, la sueño e intento pintarla, nunca pude saber si fué una alucinación, porque aunque varias veces en mis viajes al valle, traté de ubicarla, no pude.
Mi padre, me contó eso alguna vez, y nunca vió el Gran Pez. Pero pintó Iglesias imaginarias inspirado por DeChirico y por él mismo:

viva el futbol

Me quedé sin balas
mientras camino
por el callejón
busco argumentos
no tengo plata
ni reloj
puedo darles un dato
la dirección de mi enemigo
dos pájaros de un tiro
contarles algun chiste
de gallegos
o que me expliquen
porque no fueron a clase
quizá eso los enoje
y sólo me perdonen la vida
porque tuve suerte
o era el hombre número trece
o que soy pelirrojo
y cojo
por las dudas
rengueo
y me apoyo con mi mano en la pared
me ignoran
estan ocupados
viendo el partido
en el interior de una casa
viva el futbol

lunes, 7 de septiembre de 2009

tirabuzones

El vino, viejo compañero del silencio, suele evitar las herejías. He visto tantas afrentas a su sedosa estirpe, que muchas veces ante tanto sacrilegio, indignado, me retiré de reuniones, donde se servía con hielo y en vasos de cartón. Un viejo López, no merece ese agravio y qué decir de aquellos millonarios, que beben y mancillan los honores de los Rutini y los Catenas, desaprovechándolos con agua, qué calamidad.

Pero si hay un objeto que delata a los sacrílegos, este se llama tirabuzón. Sí, este tan útil instrumento, lo es para los buenos bebedores, que saben y conocen la liturgia. Hay algo similar en los buenos cigarros. El tirabuzón y el vino tienen una comunicación, que solo con el paso del tiempo, y los fracasos uno puede detectar. Cuantas veces ante la falta de un buen tirabuzón hemos recurrido al tramontina y terminamos derrotados, hundiendo nuestro índice, rompiendo el himen, llamado corcho y salpicarnos pantalones de buena calidad.

Hay tambien sacacorchos, que tienen como dos bracitos y que a medida que uno gira van subiendo sus alas para arriba, luego como sabemos, bajamos ambas y destapamos, casi sin darnos cuenta esa buena botella que hemos de beber.

Pero es una operación que tiene algo de asepsia, y que no nos permite el disfrute total que nos dá un verdadero tirabuzón con forma de té, ese es el medium que nos acerca a la sublimación de tomar un buen vino.

Y en ese sentido quiero contarles que los he visto, sí, con su víctima de alcornoque, el corcho, ensartada y en distintas posiciones. El buen tirabuzón debe ser un objeto simple, con cabo de madera que nos permita hacer una profunda pero casi invisible incisión en la carne , el hímen, que nos separa del placer. Y para eso; en nuestra operación, cómo no escuchar ese pluc!!! que precede al ritual de beber un gran vino.

viernes, 4 de septiembre de 2009

Ciclista

Veo un hombre que lleva a su mujer sobre una vieja bicicleta. Tendrá más de sesenta y la mujer vá sentada en un asiento construido en el manubrio. Aferrada , como si temiera caer. le habla con dulzura como animándola Van por la calle, se alejan. Pienso en la fuerza de las piernas cuando se monta y dá el primer envión. Se alejan, despacio vacilando, hasta que adquieren un ritmo uniforme y se funden en la distancia. Me imagino el fin del recorrido, la casita en una calle polvorienta, recien pintada. Al llegar, debe tomarla entre sus brazos, sentarla en una silla. Cerrar tras de sí la puerta luego de entrar también su bicicleta: No creo que en ese hombre haya una queja, un reproche por lo que le toca.

Mandato

Sabes
me llama
entre sueños
me exige un relato
cuenta qué viste
lo que sabes
como puedas
nos queda nada
antes de abrir los ojos
encuentras
el sonido del alba
de la canilla
que olvidaste cerrar
del todo
sonríes
los gallos invisibles
atrapados en la ciudad
a la que accedes
inevitable
has saltado del vagón
piensas
tratando de recordar tu sueño
pero otro día
se presenta otro día
que te parte
exactamente por la mitad
de un lado
lo que dejaste
del otro
lo que viene

miércoles, 12 de agosto de 2009

Pasa un tren

Que tren qué tren
ventanas
luces
perfil
qué tren qué tren
lleva
sueños
sobre durmientes
que tren que tren
quebrachos
del chaco soportan
extrañan
la tierra
Quetren quetren
andenes
adioses
pañuelos
quetren quetren
galopa
la pampa
me olvido
no soy
regresa
me lleva

miércoles, 29 de julio de 2009

zulma

Es extraño. La demencia del travesti que se convence palabra tras palabra ;que es una mujer hermosa, respetable. Sobre todo respetable.Me gustarìa un novio como Tinelli, dice, exitoso,con tan linda voz. Che chabòn, si yo fuera mina serìa reputa, cuantas veces uno lo ha dicho, como si con la frase exorcizara, tantos rechazos. Por eso la Lobato te interpreta tan bien a vos, a mì. Verdadero macho disfrazado y talentoso sin renunciar a su hombrìa.No hay nada màs masculino que este hombre de pelo ralo, casi calvo.

El pie del pato una zancadilla.

Esa tarde noté que algo faltaba en las calles. El tráfico fluía mientras se iba haciendo noche, rápido, como si alguna orden hubiera sido dada y cumplida. Así mi auto se desplazaba sin obstáculos, de sur a norte. Luces recién encendidas en los negocios, el verde más verde, se iba sucediendo metódicamente como un juego sin sobresaltos, un solitario en la computadora, y mis pensamientos liberados, recordando una pradera, un gol del Enzo, ese de chilena, un amague del Beto una atajada del Pato. Cómo olvidarse de ese corte milagroso con el pie, al lado del palo que hubiera cambiado la historia. Ese pié, que hubiera sido de la Junta, sin ese pié. Así discurría mientras se detenía mi auto ante una sorpresiva luz roja. Avda Rivadavia, recordé, contratránsito, misteriosamente no había ningún fastidioso limpiavidrio, esos que insisten, por una moneda, que a veces me niego a entregar, como si con ese acto evitara una vagancia, una mendicidad, el desempleo voluntario.
Qué pasaría si faltaran para siempre, me pregunté extrañado, si una mano negra, los hubiera suprimido. Solo una mano así podría borrar la miseria, una suerte de holocausto. Limpiar la calle, que esa mujer no duerma cómodamente envuelta sobre la entrada de esa casa. El pie del Pato, recordé, mientras el semáforo daba en verde, y arrancaba suavemente, con mi moneda en la mano, como una carta sin destinatario.

jueves, 23 de julio de 2009

El corregidor

Miente, miente que algo quedará. Juan escribió una larga historia sin saber el género, alguien le dijo luego de leer un par de frases, que se trataba de una viñeta, es un poema en prosa, dijo otro, es inentendible le dijo su mujer.
Juan se acordó de la sentencia y se puso a corregir. Corrige, corrige que algo quedará. Se acordó de Borges, de tantos buenos escritores, que iban suprimiendo palabras y entonces se potenciaba el significado. Trabajó noches enteras, agregó aquí, suprimió allá, el muerto resucitaba, el árbol ya no estaba. El personaje jamás llegaba a la esquina se había olvidado de mencionarla anteriormente. Había un personaje que aparecía luego de corregir una página, no recordaba haberlo puesto. El poco sentido de la historia se fraccionaba, los artículos desaparecían, los sustantivos se convertían en verbos.
Ayer le pregunté por su historia. Ahí anda, me dijo, liberada a la buena de dios.

miércoles, 22 de julio de 2009

el cristo

El cristo, el que cada uno lleva o cree conocer se parece al de los cuadros, las estampitas,los íconos diversos, el de Chimabúe mirando con sus ojos negros, el de rey de reyes, el de Pasolini. Todos están condenados por su visión. Ninguno de nosotros quiere ser Cristo o al menos yo. Demasiado sufrimiento para un hombre tan pequeño y egoísta. Me gusta el de Saramago, ese relato pueblerino de sandalias rotas y harapos, esa aparción de Dios tras un remolino en el desierto que le habla de su futuro de pena y gloria, ese cristo desnudo casi loco. es el mejor y es el menos envidiable.
Quizá el Paco sea una liberación para los que están condenados de antemano. Cristos sólos perdidos en su silencio.
El tiempo de los asesinos nos arroja al futuro.
Mendigo
en la iglesia
mendigo
en las ventanillas
polarizadas
mendigo
en los bares
en los cuadros
a los turistas
mendigo
tu amor
en la cama
mendigo
palabras
mendigo
y recibo nada

viernes, 17 de julio de 2009

Soy tan nuevo

que no sé como me llaman

he de irme

conformando

con mis actos

registraran al fin

mis huellas

digitales

y mi nombre

será olvidado

gracias

a

Dios
Registro la palabra
la sueño
quiero vomitar
y no sé
camino
me olvido
de las diagonales
la ventana
del olvido
es lo que no quiero escuchar
pero llega
a pesar
de los ruidos
llega
y no se vá

lunes, 6 de julio de 2009

principio

Aunque parezca vulgar el razomaniento, nada tiene principio. Siempre llegamos cuando la cosa ha empezado eso me pasó a mí cuando intenté encontrar respuestas. Heme aquí tratando de entrar por un signo de interrogación. Alli está la curva del signo, cuando empiezo, voy hacia abajó o subo, si voy hacia arriba empiezo y termino en un punto, luego de pegar un saltito me encuentro con la primera letra.
Así me muevo hasta el final de la pregunta, ahora está el punto, y la curva ascendente que me arroja sobre la frase y así me repito, encerrado entre dos signos.
No hay como las letras sueltas sin puntos ni comas. Saramago casi lo logra.