viernes, 27 de junio de 2014

Pedro.

Sí te entiendo
no sé porqué
pero te entiendo
a uno le puede pasar
y entonces no se sabe
nadie conoce
los hechos
profundamente
solo conjetura viste?
construye
diluye
difama
a uno le puede pasar
cuando no sabe que decir
y encoje los hombros
en la catástrofe
y si te matan
ya no importa
serás titular
en blanco y rojo
entre partido y partido
después quien sabe
por eso te entiendo
y que modifiques los hechos
que yo tuve la culpa
y que estabas en celo
y entonces tergiversaste la historia
como pedro.

Cosas de viejos.

Cosas de viejos
el calambre
la chata
los pañales
los celos
la plaza
las palomas
los supiros
los entierros
los descuentos
las pesadillas
la baba
los postizos
el papanata
la gambeta
el orsai
el colectivo
los compañeros
las bombas
los bomberos
la cena a las ocho
el vino con soda
la razón
los almanaques
los recuerdos
el achaque
la sordera
la soledad
la espera
la esperanza
los rezos
la amistad
los hasta luego.

jueves, 12 de junio de 2014

ranura

por el ojo de la cerradura
pasa el hilo
el silencio
el deseo
el fantasma
de lo que no vimos
y soñamos
la ranura
el ojo quieto
sin párpados
que te mira en silencio

Mundial

Tapa tapa
el robo
tapa
el odio
tapa
tapa
la alfombra
el cielo
el agua
que viaja
lenta
desde la tierra
como del cielo
la mentira
la noticia
tapa
el mundial
sobre todo
tapa
mientras
se moja el viento
y las horas
se derraman
de las cataratas
y el espanto
los pájaros
y los animales
sobre los techos
tapa tapa
todo se llena
de lágrimas
mientras el río
acontece
y se ignora
el idiota
lee las notas
de los diarios
o hace zapping
en búsqueda
de mejores historias
y el fútbol
y los chismes
pasion de multitudes

jueves, 29 de mayo de 2014

Salinger

nos queda la palabra
una frase mínima
un poema
para hacerlo
del tamaño
de mi bolsillo
hay más espacio
para la idiotez
la realidad
es tan pequeña
y chata
que te la paso
por debajo
de la puerta
un papel
en blanco
a manera
de explicación

lobo ledesma

Después del malo
llega lo bueno
dura poco
hay que disfrutar
intensamente
lo dijo
el Lobo Ledesma
tras su hermoso
gol
ahora lloramos
su ausencia
como al tejedor
de los sueños
el hombre lobo
se fue con caperucita
y se llevó el corazón

Hipertensión

He tomado tanta agua
que estuve llorando
excesivamente
porque recordé
a mi madre
los desalojos
oriné demasiado
me bajó la presión
casi me desmayo
junto a una fuente
y me bebí la suerte
y escupí monedas
de escaso valor
todo por tomar agua
para bajar la presión

martes, 20 de mayo de 2014

la otra orilla

No quiero
esta ciudad
como la muestran
los mapas
perfecta
con sus torres
de marfil
ni las estatuas
de Rodin
no quiero
a puerto
madero
ni a una foto
del riachuelo
ni el metrobus
donde la gente
viaja ordenada
y salta
en cada parada
no la quiero
me gustan
el olor a asado
los choripanes
las putas
en las esquinas
los borrachos
y sus groserías
los meares
rastro de piquetes
los wichis
y no esta postal
que ven los políticos
desde un helicóptero
ascéptica
inodora
esclerótica
y boluda

jueves, 8 de mayo de 2014

ARLT

la rosa
de cobre
es la rosa
que intenta
perpetuarse
perpleja
la soñaste
tras el insomnio
no era
tu padre
que te esperaba
a la mañana
para castigarte
larga pesadilla
es un edificio
lleno de ventanas
capítulos
de un texto
que sangra
la rosa
tiene la textura
del papel
donde mis dedos
acarician
y de a poco
se olvidan
y se inmiscuyen
en las confesiones
de un alucinado

Los raros del 102

La pareja subió por la puerta de atrás. Tenía dos chicos pequeños y se sentaron, el muchacho y el hijo mayor de unos cinco en el asiento doble al lado de la puerta, en el de atrás la muchacha ubicó al más pequeñito y se quedó parada. Al lado una chica de unos veinte años sonreía algo asombrada. Dos asientos atrás un enano hablaba por celular con voz aflautada.
- Como está la nena?- pasamela
--Hola cuquita, hiciste los deberes?- el petiso hablaba a los gritos y no le importaba molestar al pasaje.
El petiso había subido en Montes de Oca y Wenceslao Villafañe tras mío luego de despedirse de un conocido , luego recordé aquella voz desmesurada. Nos ubicamos pasando el ring side ,él en el último asiento doble de la derecha , yo adelante. En Constitución subió la pareja e impelido por el posible barullo encontré un asiento individual y me senté  a salvo de la voz estentórea y de la pareja bulliciosa.
Un memorable pasaje  me esperaba en un capítulo de los siete locos, escrita en 1929 y mientras lo leía la voz del enano se acercaba molesta como una mosca en verano. Arlt y su estilo galopante y doloroso a través de Erdosain viajaba en el tren hacia Ramos Mejía. el parejo traqueteo del tren, el recuerdo de la prostituta coja y de Ergueta que se había, por fin vuelto loco. El bar de la calle Sarmiento donde aullaban las fieras, las prostitutas, el manoseo de los chicos en los mingitorios, la locura genial.
-Si seguis jodiendo me bajo- dijo el muchacho que estaba sentado al lado de la chica. El chico a su lado llevaba puesta una gorra y se reía a los gritos con la boca llena de pan.
-Vas a ver a tu novio- le dijo a la madre. Pienso que era su madre- así te dá platita jajaja...
Tenía buen físico la chica erguida con media cabeza rapada. El padre, luego sospeché que fuera el hermano, jugaba con el celular. El colectivo doblaba en Saenz Peña, en la esquina un grupo de travestis esperaba la clientela frente a un hotel. Sobre el peldaño de un zaguán un morocho con calzas se pintaba los labios.
-Te digo que es una boluda, entonces?-bramaba el petiso sosteniendo el celular con una manito pequeña-me escuchás? sí? bueno te llamo.
"se volvió loco" recordaba Remo al farmacéutico, ya no se acordaba cuando le había dicho "tomatela turrito"
-Hijo de puta - gritó la muchacha por la ventana como si la chica de al lado no existiera - gil dame el porrito infeliz. Era guarra y sobre los asientos se derramaba la miga. El chico más grande eructó fuerte y se rajó un pedo.
-Basta pendejo que me bajo- dijo el muchacho.
Pasamos la central de policía, Erdosain caminaba bajo la lluvia en Ramos Mejía, el enano seguía hablando.
El 102 se detuvo por un rato frente a un negocio de armas y uniformes.
-Aquí aquí- dijo la muchacha cuando llegamos a Hipólito Yrigoyen. y se bajaron insultando al aire.
Erdosain  tocaba las puertas de una fábrica.
Me bajé en Santa Fé y el enano seguía hablando a los gritos por el celular con su voz estridente como el traje que lo vestía y le quedaba grande.

A Edgar Bayley

Mi amigo
soñó el diseño
la torre de marfil
el armado perfecto
la exacta coincidencia
del alerta
y la inocencia
para que el poema
sea
escribió
dicha de palabras
aunque no necesitó
nunca
acudir
a la academia
lo hizo
porque sí
como cuando
uno muere
y todos
somos silencio
mi amigo
con su pila de libros
y la claridad
del albatros
que nunca vimos
y soñamos.

Rareza Triste

El mes de noviembre en mi familia es el mes de los estigmas. Parece que la puerta del cielo o la del infierno se abriera y nos convocara.
-Se cayó de la escalera.
Marta la madre de mi amigo dijo desde la lejanía por teléfono.
En Buenos Aires era una atardecer húmedo de noviembre.
-Como que se cayó de la escalera
-Así me dijo la Negrita para que te avise- dijo Marta. La Negrita era mi madre.
- Y me dijo que le avises a tu papá- Marta era una mujer dulce que usaba gruesos anteojos oscuros.
Era 1974 y yo deambulaba sin ton ni son por la ciudad. Juan Carlos mi primo estaba muerto, ya no estaba, lo asesinó la triple A y recién terminábamos de enterrarlo. Fue fusilado y tuvimos que velarlo en su casa de la calle Austria a cajón tapado. Lo habían levantado en el Chocón la pizzería de la calle Las Heras junto a un amigo y había aparecido muerto en Garín.
Y ahora mi hermano en la lejanía quizá agonizaba.
Y ahora tenía que ir a contarle a mi viejo que vivía en colegiales.
-Cómo que se cayó?-dijo
-Nó estos hijos de puta se meten con nosotros y nos matan- dijo
-Y si no fuera así.
-Yo sé-dijo sollozando.
Esta manera familiar de imaginar los finales viene del fondo del tiempo, sobre todo en los artistas.
Efectivamente, mi hermano murió apenas llegamos y nos pudo sentir.
Era una hermosa tarde de noviembre luminosa y seca y nosotros llorábamos en silencio.

lunes, 28 de abril de 2014

poetas

hay poetas
que saben ocuparse
de lo que sientes
hay que encontrarlos
correr el riesgo
de la indigestión
o de ponerte los zapatos al vesre
pero los hay
no están en los anaqueles
caminan con las manos en los bolsillos
contemplan las vidrieras
aman el fútbol
y se bancan el descenso y el disenso
y viajan en los estribos
solo por gusto
a despeinarse
ven dibujos animados
y revuelven los libros de saldo
donde encuentran
entre las hojas
algunos mensajes
o un boleto capicúa
son poetas seriales
y que los hay los hay
solo es cuestión
de paciencia y vómitos

Demolición

hay demolición
el cartel cuelga
con el nombre
de los verdugos
ha de venir
el golpeteo
y el espanto
de la casa
desguazada
se desparramará
sobre sí
como un vestido
la ciudad
habrá perdido
un poco de esencia
y el futuro
será el vacío
el agujero negro
donde se instalará
el rascacielos
las almas
ya se fueron
el humo de la pared
los pisos de pinotea
los aniversarios
los balcones
y las gárgolas
con su triste mueca
ya no estarán más
y algún habitante
recordará
sus balcones
y el tranvía
los zaguanes
y su hondura
de luces apagadas
pero qué importa
si sobre la tierra
se elevará un rascacielos
donde los hombres
reemplazarán
a los murciélagos.

lunes, 14 de abril de 2014

Así me fue

Cuando dejo de escribir y vivo me pregunto porqué tengo que obligarme si está la vida esperándome con la pelota bajo el brazo. Si afuera están las cosas que no dejan de sorprenderme, la intensidad de la vida. Tal vez tenga algo que escribir que no me sale y viene otra cosa cuando froto la lámpara. Escritura artesanal, huellas digitales que uno tiene que dejar, como aquel mensaje que encierra la botella. Curiosidad del otro la escritura. Ahora que proliferan los mensajes te texto, las escuchas telefónicas. Lea, escuche cuidado con el tren que pasa y te sorprende a mitad de la calle. Así me fué cuando compré un personaje y me vestí de él.

Pausa

una palabra
lleva a otra
mientras la pausa
se extiende
como un océano
de silencio
allí sumergidas
están
las que no dijiste
junto a los sueños
el viento
la soledad
de los peces
contenidos
sin lenguaje
canción
pausa extendida
haciendo
que pase el tiempo

Fantasmas

En la oficina de Barracas se cuenta que hay un fantasma . Está situada en la avenida Montes de Oca al lado de la Iglesia Santa Lucía y antiguamente, se dice, había un depósito de la morgue y alguien se aventura a decir que en la epidemia de la fiebre amarilla los cadáveres esperaban para ser inhumados en la esquina de Martín García, luego de ser identificados en el edificio donde ahora se constituye la oficina.
Quién es el fantasma, nos solemos preguntar, que abre las puertas y que tose a nuestras espaldas en el comedor.
Una noche de estas se presentará a darnos su nombre para que demos cristiana sepultura a sus restos que seguramente vueltos ceniza reposan bajo las alfombras grises entre medio del cablerío subterráneo, las cloacas y las ratas.

Invalidez

Aprovecho mi viaje en el 102 para leer. Me paro frente al primer asiento después de esa especie de jaula que parte en dos al pasaje. Allí está la puerta y el lugar para atar las sillas de rueda que con cierto espíritu condescendiente hacia los inválidos, la Ciudad exige. Buenos Aires está llena de espacios a ocupar para los discapacitados. Baños con inodoros con extraños mecanismos,son obligatorios en los bares, sanatorios, clubes y cualquier lugar que se considere público y habilitado. Ahora observo la mujer que está sentada en el lugar que he de ocupar. Sé que se bajará en tribunales y dejará el asiento a mi merced allí he de sentarme y disfrutar de alguna historia.
No busco inspiración, sólo espero encontrar el texto que llene mi alma. Imagino la lectura de la toráh, el rabino bisbeando a la luz de una vela para que se revele el nombre de Dios. El antiguo marinero leyendo las estrellas constelaciones donde están las cifras del universo. Así viajo leyendo sin percatarme de lo que sucede a mi alrededor a veces interrumpido por un mónologo de celular o una repentina frenada.
Frente mío sentado, hay un hombre de traje azul impecable con las piernas cruzadas y la mirada perdida. Tendrá unos cuarenta años y la calvicie amplía su frente como si por el viento le hubiera arrebatado  una parte del techo, vuelvo al texto, el personaje recibe una amenaza por teléfono, una referencia a un hecho del pasado sobre un hombre que ha asesinado a cierto coleccionista de pinturas, hace unos años. Tom Ripley es un asesino encantador, el amenazado. El texto acontece como la vida, la curiosidad del lector que se interna en la ficción para encontrar una estructura, un rompecabezas que uno arma mientras lee. A veces al autor se apropia de tu alma, no te pertenece y entonces hay que regresar al presente. A la monotonía del viaje, al espacio preparado para la silla de ruedas, a los viejos edificios de la Avenida de Mayo, al bar que pasa por la ventanilla. Al hombre semicalvo que se sienta frente mío. A las rodillas de la mujer flaca y alta que se doblan hacia un lado, finas y largas.
Vuelvo a la lectura, entre mis dedos sigue la historia, Tom recibe esa llamada del pasado y disimula frente a su esposa Heloise una francesa que parece estar en bavia ante su vida secreta. No es nada querida dice ,como aquellos policías que llegan a la noche a la hora de la cena y no quieren hablar del trabajo y se comportan como oficinistas aburridos.
Levanto la mirada, allí continúa el hombre sentado y contemplo que tiene unas medias cortas tan cortas que se le puede ver la carne blanca de sus tobillos. Tan real, como los espacios vacíos de la ciudad que aguardan el uso de los inválidos.

martes, 21 de enero de 2014

La revelación.

Estalló, todo había cambiado de golpe. Le había contado que la engañé y no sentí alivio, una tristeza azul nos envolvía. Era el mediodía de un día lunes de Noviembre, ella se encargaría luego de mencionar la fecha como si en ese momento hubiera comenzado una nueva historia, tenía razón.
-Así que es tu amante, esa gorda puta es tu amante.
No lloraba, estaba muy triste.
-Qué boluda como no me dí cuenta.
Estábamos sentados ella en un sillón individual, yo en el sofá que tantas veces había hecho tapizar.
-Me la hiciste bien, cómo no me dí cuenta.
El fin de semana pasé los peores momentos en mucho tiempo. Tenía que contarle, la realidad me forzaba ,el marido de la que había sido mi amante ya lo sabía todo. Y yo optaba por un acto de cobardía en vez de ir a buscarlo y pedirle que lo arreglemos entre hombres se lo contaba directamente a Mara el ser más débil de los cuatro, el más vulnerable.
-Sos un cobarde, necesito agua.
Recordé esa mañana, estaba planchando unas camisas cuando la saludé con un beso, luego cerré la puerta despacio. Mientras bajaba por el ascensor hacia la cochera me miré en el espejo. La imagen de mi rostro era la misma de todos los días como si no me acostumbrara a lo que estaba sucediendo. Aún no le había contado nada pero el fin de semana estuve a punto varias veces. Recuerdo que el sábado a la mañana había hablado brevemente con mi amante.
-Lo sabe todo tiene videos y grabaciones de nosotros, el lunes llamame a las 10 de la mañana él va a estar escuchando, chau.
Así de simple, hasta las manos. Luego traté de comunicarme con ella, de ver.
No hubo caso, sospeché, el tiempo lo confirmaría, que estaba solo. Que siempre estuve solo. Y si me mentía, me pregunté.
Luego me fui al club, aún no caía. El domingo estuve en cama todo el día. Recuerdo que mi mujer y mi hijo pensaban que estaba enfermo.
Ahora me subía al auto, le daba arranque y bajaba por la rampa hacia la calle como todos los días, doblé en Arenales y luego tomé hacia el sur por la calle Uruguay.
-Hola Irene?
Lloraba me dijo que no sabía que hacer, hablábamos por el celular. Yo le dije que lo hablaría con Mara, me dijo que él estaba dispuesto a mostrarle el video y las grabaciones a sus hijos y a que me rajen del trabajo.
-Me está chantajeando- disparé
-Quiere destruirte.
Le dije que lo mejor era contar la verdad que hablaría con mi mujer.
-Adiós le dije.
Doblé por Venezuela, volvía a casa, nada me detendría a contar la verdad. Hablé con Mara.
-Te fui infiel-
-No te creo....vení.
No sé que pensaba mientras avanzaba lentamente por Paraná. Un abanico de consecuencias se abría en mi mente.
Ahora estábamos frente a frente, de vez en cuando contemplaba cada objeto de la casa. El cuedro que había pintado mi padre, los muebles. Los espejos de roble que habíamos comprado hace mucho tiempo en una casa de cachivaches. El Carrillón con su olvidado tictac..
Toda la casa me miraba con indiferencia.

Cabeza Borradora

Ayer llegué a casa con el calor que se alarga hasta la noche. Felizmente hay un espacio fresco, se trata de nuestro cuarto que posee un aparato de aire acondicionado. Allí nos amontonamos con Marina e Indio, nuestro perro heredado, cerramos la puerta y proyectamos alguna utopía con la tele encendida. De golpe una película en blanco y negro despierta nuestra curiosidad. Un hombre intenta dormir pero el chillido de una criatura no lo deja. Hay una lámpara de pie encendida, un extraño mobiliario evoca al expresionismo, sobre una rara mesa un pequeño monstruo berrea. Es una especie de bebé con cara de pájaro recien nacido. El hombre tiene una tupida cabellera como si fuera una brocha. Arriba a la derecha se lee "cabeza borradora" una extraña película de David Lynch.
-Esto es un mamarracho.
A pesar de la expresión de mi mujer las imágenes nos atrapan.
-Es asquerosa, no entiendo que trata de decir.
El pequeño pájaro jadea como si estuviera enfermo, el hombre de la cabeza grande le pone un termómetro en el orificio que parece ser una boca. Luego el bebé ( podríamos llamarlo así) tiene un brote como de sarampión.
El aire suena, parece a punto de estallar. Por suerte y gracias a tener algo de plata lo voy a cambiar por un esplit.
Mientras tanto el personaje sueña con una mujer deforme que baila mientras llueven gusanos. Ella con asco los pisa.
-Qué locura !!!- me escucho decir- voy a sacar al perro.
-Dale - me dice ella
- Esto te atrapa.
Por un rato ambos en silencio miramos las locas escenas. Ahora el tipo está parado observando a la mujer que baila y le vuela la cabeza que rueda sobre el escenario onírico. Ahora su cabeza es reemplazada por la cara del niño. El tipo con corbata tiene la cabeza del monstruo y la cabeza como un cuadro de Caravaggio se empapa con su propia sangre. Luego un niño la levanta y la lleva como si fuera una pelota a un negocio donde un hombre extraño toca un timbre.
-Este tipo hizo el Hombre Elefante.
Mi perro se pasea inquieto por el cuarto.
-Ya vamos.
Ahora un tipo le trepida el cerebro y lo mete en una especie de máquina que en un proceso lineal escupe lápices con una goma de aderezo.
Cabeza borradora se despierta, ahora es él mismo sujeto cabezón que vá hacia el niño y los mata cortando con una tijera la envoltura de gasa y hundiendosela en ese cuerpito miserable que emana una espuma blanca y viscosa mientras agoniza.
Ha refrescado un poco. La película agoniza , excede, se transforma en una descarga eléctrica.
Hoy me entero del argumento de Cabeza Borradora filmada en 1977 diez mil dólares de presupuesto.
Ayer me fuí con mi perro sin ver el final.
Extraordinaria, diría el Bambino.

lunes, 20 de enero de 2014

Reminiscencias

desde mi ventana del piso trece
puedo ver muchas terrazas
y cables y el edificio Olivetti
escucho el ruido invisible
de los camiones de basura
y a una mujer que riega sus plantas
y veo pasar el tiempo
las nubes y el sol
que hiere mis ojos por la mañana
y el escándalo de los aire acondicionados
me despierta a la noche
y entonces vuelvo a la ventana
miro a la nada y pienso
en cosas olvidadas
el tren que pasa por Milán
y el negro que se hace blanco
también puedo recordar
un retrato que hizo mi padre
de la ciudad nocturna
mirada desde la ventana
y nunca pude ver un ángel
solo palomas y murciélagos
pero sí la luna pero sí la luna
silenciosa con sus hebras
de plata.

Gritos del pasado.

A tientas. Al final uno se acostumbraba y entonces se podía andar. No había recetas solo se hacía lo que se podía mientras las noticias llegaban difusas. La masacre se perpetraba de noche, no se animaban a hacerlo a la luz del día. Los muy cagones tenían miedo de que se los identificara, entonces se robaban un auto o con el falcon provisto se dedicaban a la cacería y al robo. Hoy camino por Montes de Oca y veo el nombre en una baldosa de mármol. Fulano de tal muerto y desaparecido en noviembre de 1976. Me gusta poner los números en claro las fechas nos envían a la densidad de un momento.
- te vamos a matar.
alguien me lo dice con voz fingida al oido, alguien que no sabe quien soy y que cumple el mandato de amenazarme. La gestíon de la causalidad , la comparación solo vale para mí. De vez en cuando recibo esa llamada y no me acostumbro.
A veces creo que es irreal, que nunca ocurrió. Me niego a que un hecho vulgar, como el adulterio, tenga como contrapago mi vida.
Alguien nos piensa, sabe nuestro nombre y hasta detalles mínimos. Demasiada información para una venganza
Es enero de 2014 y camino por Barracas. A tientas aunque el sol y el aire y la térmica apague la voz de los acondicionadores de aire. Revivo épocas pasadas, errores, apropiacion de vidas. Uno se acostumbra a estos pormenores a depender de la voluntad de otro que se conforma como si pudiera enmendar su dolor.
Tropiezo de nuevo con la baldosa, con el nombre.
A tientas imagino la larga noche, el suplicio, la soledad.
La amenaza tiene otro cometido. Es como un eco. Esta ciudad tiene registros que si nos sentamos a escuchar podemos percibir casi sin horror, los gritos ahogados del pasado.

memoria de un testigo

Era como andar por la noche a media luz. Aunque fuera una tarde de 1976 nos llegaban los gritos de cualquier cuadra. La ciudad era larga, ir de un lado al otro evitando los piquetes policiales, no saber la hora de llegada. Leo sobre la muerte de Juan Gelman y su fuerte militancia del converso. Un judío  converso, así llamaba mi padre a su amigo tambien poeta Jacobo Régen. Pero era un converso y el converso tiene una pasión que proviene de ese estar casi siempre en el lugar equivocado.
Mi novia tenía sus hermanos y luego de un tiempo me contó que todos eran montoneros, cuatro que habían sido cinco. Uno había quedado en el camino cuando era niño.
- esta me la tomo si me agarran.
Dijo el Gringo mientras me mostraba una capsula envuelta en papel de chocolate.
-cianuro.
Recién lo conocía, era el mas chico de los hermanos pero militaba con el grado de teniente. Era una tarde de mayo y estábamos en un enorme y antiguo piso en la esquina de Córdoba y Carlos Pellegrini. Por la ventana se veía el cartel de Exedra. El gringo parecía un loco, tenía 22 años y una barba rala le ensuciaba la cara.
Luego llegaron los otros hermanos yo presenciaba una junta familiar. Eran mayores, dos medalla de oro en la facultad de medicina, los otros incluido el gringo apenas habían terminado el secundario.
Y yo escuchaba cuando sacó la pistola y se la puso en la sien.
-pum¡¡¡
Estaba con la pistola apuntandose a la sien.
- siempre fué un loco - dijo el Gordo.
-de aquí no zafás- dijo el gringo- o te jugás.
-yo me voy - dijo el gordo
-si te vas te matan-dijo el gringo
Luego habló Joaquín uno de los médicos, el más grande.
-nosotros nos vamos a España, ya está todo arreglado.
-y la gorda?
Así le decían a mi novia que tenía dieciseis años.
-yo me ocupo- dije

En Junio el gringo cayó en un enfrentamiento junto a un grupo en Vicente López. Recuerdo que un sábado nos reunimos en un restaurante de la calle Rodríguez Peña. Era un día frío pero con sol. Los hermanos de mi novia se fueron a España. Luego ella se iría en 1981 cuando River jugaba una final con Ferro y la ganaba con gol del colorado Vieta.  La ví subir por la escalera mecánica mientras me saludaba con un brazo en alto yo regresé en el colectivo 86, sin saber que había hecho mi parte.

viernes, 17 de enero de 2014

Ulysses

Raro libro
está lleno de ventanas
y umbrales y puertas
recorridos bajo el sol de verano
un billete que viaja por el río
un poeta que trata de reproducirse a sí mismo
el maestro guillermo
un cura que camina
con un libro en la mano
un judío que intenta
distraerse en el olvido
y no pensar en el dolor
en la ausencia de su hijo
cómo sería ahora
se pregunta
mientras unta la mantequilla
sobre el pan tostado
de cada día
Ulysses
asesino de la pereza
y de la linealidad
trata de atrapar el tiempo
alguien ha muerto
un perro al principio
hinchado flota
sobre el río
y esta el mar verde moco
y Dios en todas partes
y el vino venerable
y el tiempo dios
que pasa y pasa
hay que verlo
desde la ventana
en el cielo como en la tierra
en los cementerios
mientras aquí en Buenos Aires
Cristóbal Colón
tirado en una plaza
espera resucitar al tercer día.

Aquí me tienen

He vuelto a nacer , aunque nunca morí del todo, anduve de duelo de mí mismo. Pasé una larga noche, he dejado pasar historias que nunca escribiré. Pienso que la escritura es un acto de limpieza, de sacar de adentro los trapos, de regalar la ropa que ya no nos entra, de desprendernos de la costra luego de la herida y la sangre vertida. Algo queda y el tiempo es un viento que se mueve hacia ninguna parte. He vuelto, estuve perdido en un laberinto hasta entender el laberinto. Por allí me resucitó El juguete rabioso. No sé, hay un poema de Oliverio en donde se pregunta donde estuvo. He regresado aquí estoy hasta la próxima parte. Doy gracias a mi mujer , a mis hijos, al perrito que trajo un día mi hija Manuela con el que recorro lugares donde nunca estuve y que lame mi rostro luego de haber olido una rata muerta en la playa del Palacio Pizzurno. Gracias a él puedo escuchar las campanas de la iglesia del Carmen y cruzar con cuidado la calle.Gracias, aquí me tienen.

Tigre de Bengala

Buenos Aires arde, son las tres y media de la tarde y los 40 de térmica se meten por debajo de la puerta como cartas documento. En la esquina de Martín García y Montes de Oca hay un bar. Dos personas aguantan el bochorno. Un fumador y otro tipo que consulta la rosa de Palermo sentados bajo el sol como si nada disfrutan. Paradoja del deseo realizado un anticipo del infierno si hay alguna distracción me quedo a vivir la eternidad. Acabo de enterarme que en Córdoba, por miedo mataron a un tigre de bengala. Animal tan hermoso perdido en un lugar extraño del mundo muere lejos de su casa, una noticia triste. Un amigo me contó que en la Virgen de los Sicarios un asesino no puede matar un perro enfermo y sin embargo no duda en enviar al otro mundo a la especie humana. Un rayo cae en villa gessel. Son cosas extrañas como el hombre que trata de elegir el caballo ganador bajo el sol tremendo. Pero un tigre de bengala .

voy a seguir

voy a seguir
no importa
si me llaman
me asesinan
voy a seguir
aunque me sangre
 la vida
y hagan 38 grados
y me corten
la luz
voy a seguir
para eso tengo
aliento
manos boca
soledad esperanza
voy a seguir
siendo lo que soy
una memoria
un dolor
un corazón
que palpita

El huérfano

alguien se muere
poeta carpintero bancario
y es lo mismo
porque cada uno
dejó una huella
cantó alguna vez
miró la lluvia
se le murió alguien
a los menos un hijo
pero entonces
la piedad valida
la impunidad
el poeta sufre
y escribe una frase
memorable
el carpintero
se transforma en orfebre
y el bancario
en artista
entonces ya no es lo mismo
porque la cruz
mejora la obra
y el dolor
para algo sirve
al pintor
se le murió un hijo
lo encontraron destrozado
bajo un puente
no salió en los diarios
fué solo un detalle mínimo
no comerció con la ausencia
que extraño
cómo funciona
la piedad en los mdios