miércoles, 20 de enero de 2010

este señor


Un poeta libre, sin artimañas, coleccionista de palabras. Sabe tanto, que desconoce lo que sabe. Extrae del olvido a Olivari, Gagliardi, De lellis y muchos otros. En su biblioteca hay una cuidadosa y heterogénea variedad de literatura. Salta el cerco que nos tienden, los "que mandan" y nos introduce informalmente en el salón de los olvidados. Yo no soy crítico y poco sé de esas cosas, pero Rodolfo Edwars, el rey de la boca, es diferente. En sus versos están las palabras que uno quisiera decir, pero no se anima.
Antes de conocerlo,entendía la poesía quizás como una experiencia mística, hermética,sólo para pocos. Algún salvaje igual se animaba y rompía con los moldes. Algun otro, con mesura y en voz baja recitaba, como Manuel Castilla, poemas inolvidables. Y todo eso pasaba en los atardeceres sin tiempo, en casa de mi abuelo, una especie de patriarca, que tendía su alfombra, en el primer patio, acaso como en un templo.
Este poeta, en una frase, condensa y simplifica. Y yo me alegro, de escucharlo, amplía la tierra, y sin desarmar el pasado, funda el presente.

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