La sobremesa se ha tornado una gestiòn màs de la vida. Tal vez por postergar algùn tema que pueda desencadenar un desastre se ha suprimido el alcohol y la anecdota cotidiana.
-me voy a dormir- dice el que no quiere abrir el tema
-Buenas noches y se retira a lavarse los dientes, acto repetido y asceptico.
La mesa queda vacìa. Algunas migas aùn permanecen sobre el mantel, a salvo de la limpieza indulgente, testigos del silencio,
Ha escrito Vallejo "la cocina a oscuras, la miseria del amor", no dice nada sobre la mesa solitaria, los restos de comida y el quehacer de la mente.
Ahora, como casi siempre me levanto, bebo el ùltimo trago y me voy a dormir como si viviera en un orfanato, la luz apagada, yo y mis angustias, los pormenores de la vida.
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