jueves, 4 de marzo de 2010

William Wilson


A propósito del relato de Poe y la película de Luis Malle, mi amigo el rey de la boca hizo su propio montaje y construyó una pequeña obra de arte. Comenzó con la lectura del cuento donde en primera persona, el escritor construye detalladamente la historia del doble, el estilo impecable conque describe su infancia en un colegio con reminiscencias góticas, tiene la tensión de sus mejores obras, allí están Ligeia, la casa Usher, expresadas en un tono inigualable:
La aparición del doble para desenmascararlo se hace recurrente, hasta que al fin, decide asesinarlo, para que el mal triunfe sobre su conciencia.
Luego de aquella lectura , el rey de la boca, en silencio, enciende la computadora y comenzamos a ver la película de Malle.
Contar una película no es lo mismo que verla, uno puede omitir escenas valiosas. Tampoco un cuento tan extraordinario.
En este caso vemos a un oficial corriendo por una calle desierta casi en subjetiva: se trata de William Wilson y su fin inminente. Luego en un largo raconto el personaje en su niñez perversa y reiteradamente saboteado por su doble. Hay una escena donde se muestra toda su maldad, hay una mujer desnuda atada sobre un mesa de vivisección. Wilson recorre con un bisturí su cuello y sus costillas. La intención clara de arrancarle el corazón se vé abortada por el doble.
La resolución del guión se hace a través de una confesión, wilson le cuenta su historia a un sacerdote que no le cree.
Los invito a experimentar el milagro de la complementación entre el cine y la literatura. Creo que para lograrlo hace falta un talento especial. El rey de la boca lo tiene de sobra.

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