
Hubo que construir un piano
màs ancho que te contenga
y abrir los ojos y disipar
el temor de la explosiòn de tu caràcter
hubo que oìr al trueno y a la noche
y escuchar el canto de los àrboles
hubo que hacer lugar a tus melodìas
no era simple la vibraciòn absoluta
ni el llanto irreferenable y tanta paz
habìa que estar preparado para recibirte
como un rìo caudaloso una inundaciòn
antes tuviste tus profetas como Cristo
el patriarca Bach el fraile rojo Vivaldi
el suave e impetuoso Mozart
Haydyn resignado maestro
Behetoven sin ellos y Brahams
tu mùsica serìa una calamidad irreparable
luego toda la mùsica encontrò
su propio y sagrado sentido
en Wagner y sobre todo
en Maller en el negado y ùltimo Titàn
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