viernes, 15 de octubre de 2010

Reyes de la pradera

Me dió pena ver a esos leones encerrados y abandonados en sus jaulas. La nota salió en los noticieros de la mañana. Tristes de un lado al otro en una precaria carreta rugiendo asustados a un mundo indecente, incomprensible. Y esos ojos bellamente separados y esa barbilla y esas enormes manos tan lejos de la sabana. Amaestrados como nosotros, solo un resto de lo que somos. Como pobres frente a un restaurante, los leones acaso recuerden épocas de caza y libertad. Reyes de la pradera, cautivos ,esperando la muerte.

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