martes, 21 de enero de 2014

Cabeza Borradora

Ayer llegué a casa con el calor que se alarga hasta la noche. Felizmente hay un espacio fresco, se trata de nuestro cuarto que posee un aparato de aire acondicionado. Allí nos amontonamos con Marina e Indio, nuestro perro heredado, cerramos la puerta y proyectamos alguna utopía con la tele encendida. De golpe una película en blanco y negro despierta nuestra curiosidad. Un hombre intenta dormir pero el chillido de una criatura no lo deja. Hay una lámpara de pie encendida, un extraño mobiliario evoca al expresionismo, sobre una rara mesa un pequeño monstruo berrea. Es una especie de bebé con cara de pájaro recien nacido. El hombre tiene una tupida cabellera como si fuera una brocha. Arriba a la derecha se lee "cabeza borradora" una extraña película de David Lynch.
-Esto es un mamarracho.
A pesar de la expresión de mi mujer las imágenes nos atrapan.
-Es asquerosa, no entiendo que trata de decir.
El pequeño pájaro jadea como si estuviera enfermo, el hombre de la cabeza grande le pone un termómetro en el orificio que parece ser una boca. Luego el bebé ( podríamos llamarlo así) tiene un brote como de sarampión.
El aire suena, parece a punto de estallar. Por suerte y gracias a tener algo de plata lo voy a cambiar por un esplit.
Mientras tanto el personaje sueña con una mujer deforme que baila mientras llueven gusanos. Ella con asco los pisa.
-Qué locura !!!- me escucho decir- voy a sacar al perro.
-Dale - me dice ella
- Esto te atrapa.
Por un rato ambos en silencio miramos las locas escenas. Ahora el tipo está parado observando a la mujer que baila y le vuela la cabeza que rueda sobre el escenario onírico. Ahora su cabeza es reemplazada por la cara del niño. El tipo con corbata tiene la cabeza del monstruo y la cabeza como un cuadro de Caravaggio se empapa con su propia sangre. Luego un niño la levanta y la lleva como si fuera una pelota a un negocio donde un hombre extraño toca un timbre.
-Este tipo hizo el Hombre Elefante.
Mi perro se pasea inquieto por el cuarto.
-Ya vamos.
Ahora un tipo le trepida el cerebro y lo mete en una especie de máquina que en un proceso lineal escupe lápices con una goma de aderezo.
Cabeza borradora se despierta, ahora es él mismo sujeto cabezón que vá hacia el niño y los mata cortando con una tijera la envoltura de gasa y hundiendosela en ese cuerpito miserable que emana una espuma blanca y viscosa mientras agoniza.
Ha refrescado un poco. La película agoniza , excede, se transforma en una descarga eléctrica.
Hoy me entero del argumento de Cabeza Borradora filmada en 1977 diez mil dólares de presupuesto.
Ayer me fuí con mi perro sin ver el final.
Extraordinaria, diría el Bambino.

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