martes, 4 de junio de 2013

Club Francés

anoche
mientras comíamos
puse mi mano
sobre la tuya
y como si nada
me subí por tus pestañas
hasta llegarte al corazón
fue un ratito
tan sublime como eterno
afuera las voces
sonaban acompañadas
por el chocar transparente
del cristal
me deslicé por tus lágrimas
y me ahogué en el vino rojo
y te soñé de nuevo
eterna como la noche
mientras los mozos
explicaban el manjar
de la celebración

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