miércoles, 29 de mayo de 2013

Un tal Chávez

Cada vez abundan más las personas que se encargan de enviar anónimos a través de mensajes de texto. Una forma primitiva del sicopateo: la amenaza de que algo puede ocurrir y hasta ha pasado en la casa Blanca. De eso nadie está exento, ni siquiera los sordo mudos y los deficientes. He escuchado a un amigo quejarse por una historia que le han inventado.
- Se hace llamar Chávez y dice que le debo una plata.
-Que yo perjudiqué a su esposa y que está con un tratamiento sicológico. La gente sospecha que es cierto y duda de mí..
- Y te preocupa?
-Al principio me preocupaba pero ahora, por consejo de mi jefe, borro los textos y le hago fangulo.

Después de un tiempo me encuentro con mi amigo en el 102,. Sentado en un asiento individual leía las obras completas de Ramón Gómez de la Serna.
-Todo igual- me contesta- nos sentamos en un asiento doble.
-Viste que Chávez murió?, bueno este nó, no deja de molestarme. Ah! no te acordás?
Miro por la ventana, los edificios antiguos se suceden monótonamente. Mi amigo tiene la mirada perdida en alguna parte.
-En qué estás pensando?
-En que siempre supe quien era Chávez.
Ahora me acuerdo el caso de mi amigo. El caso de los anónimos y su obsesión por la verdad....
-Qué , lo conocés.
-Al principio no lo podía creer pero de a poco la historia me vá cerrando, es posible que un hombre tenga tanta verguenza ante el engaño?
-Creo que sí en que sentido lo decís?
-Supongamos que a un tipo a quien le dicen que la mujer anda con otro tipo trata de investigar. Cómo lo hace?
-Contrata a un detective.
-Ok.
-Entonces lo hace seguir por la ciudad al principio se despista pero luego empieza a sacar fotos( el detective) lo llama por teléfono"hola señor". El detective no sabe el nombre de su cliente solo tiene un teléfono que el hombre por pudor o por alguna razón no quiere dar.
-Sí debe ser difícil cuando uno está lanzado y sospecha- le digo- quiere confirmaciones, evidencias.
Estamos pasando la avenida Belgrano, un tipo de aspecto raro nos observa. Está parado en el lugar de los inválidos y tiene uin maletín ridículo y con la otra mano un celular.
-Y ahora lo llama, tiene evidencias le dice que se las deja en un sobre en el bar de Uruguay y Lavalle.
son unas fotos borrosas y unas grabaciones.
Ahora con las pruebas el tiene que hablar con su esposa, decirle que es una puta pero no se anima le dá verguenza porque es demasiado hombre como para justificar el espionaje.
Después me imagino la escena, -dice mi amigo- la dice que hay un tal Chavez que odia al amante y que su esposa ( la de chávez) ha sido perjudicada en su trabajo.Por ese motivo y sabiendo del engaño se ha ocupado de motus propio de conseguir las pruebas para desenmascararme.
-Y la atorranta le cree?- le pregunto.
-Nó, no le creee, pero lo disimula muy bien, es una maestra del engaño. LLora le besa los zapatos.
-Yo no tengo la culpa- le dice llena de lágrimas - me acosaba....
-Y él le cree?
-Tampoco- esa es la historia- pero simula creerle ahora se asocia en la trama y entre los dos se ocupan de hostigarme.
-Y allí nace el tal Chávez. Bueno me bajo aquí.
El Bondi se ha detenido en San Juan, mi amigo desciende tras él ,el tipo raro.
Me quedo pensando en la historia de los anónimos y en mi amigo. El colectivo arranca y contemplo la secuencia de los edificios cada vez más viejos y chatos. Una prostituta Dominicana hace guardia en la puerta de un bar llamado tropico.

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