martes, 28 de mayo de 2013

Sorprendido

la lluvia
es como un sauce
que se derrama en la calle
alborota los techos
y los mendigos
se refugian en los zaguanes
abandonados
un poco
de piedra redonda
y blanca
explota sobre el lomo
de los autos
pasa un barco
repleto
por la avenida Montes de Oca
el oleaje que provoca
mete su baba entre
los maniquíes
y aquí me quedo
con mi memoria
espantada de diluvio
innegable parentezco
con el lejano Noé
quisiera ser
un batracio de carne

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