miércoles, 15 de septiembre de 2010

El tipo raro

El tipo raro llegó tarde al cumpleaños de mi cuñada. Le entregó un ramo de flores y anduvo entre la gente. El tipo raro era flaco, más que cuarentón, tenía un saco de lino y unos jeans algo gastados. Su rostro era raro, de color macilento y tenía una barba de pocos días y una mirada triste. Se sentó frente mío y empezó a conversar con el cuñado de mi cuñado, periodista de la televisión. El cuñado de mi cuñada es un tipo callado y tiene una mirada que invita al monólogo.
El tipo raro empezó su monólogo.
-Kirchner es imbatible dijo y empezó con su exposición - cruzó las piernas y mostró una zapatilla blanca y sucia. Dijo que la oposición estaba llena de boludos y que había estado en el teatro Colón escuchando a Baremboin.
Me miró, a los ojos y dijo que estaba el vicepresidente, el traidor hablando por teléfono y que no le permitía escuchar el concierto.
Luego dijo que lo suyo eran los pules de siembra y que estaba haciendo un estudio para Formosa.
-Si querés pelea- me dijo el tipo raro- bajamos.
El cuñado de mi cuñado me hizo un gesto con la mano, para que no me enganche. Conocía al tipo raro.
Me levanté y sin saludar me fuí para mi casa.
Al otro día, ví una foto de un sindicalista, en un diario. Al lado del sindicalista posaba el tipó raro con el mismo saco mirándome fijo.

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