viernes, 6 de noviembre de 2009

Acerca de Borges

Asisto a la obra " Lo que Borges nos contó", estoy sentado cómodamente y observo más abajo ( la sala tiene forma de anfiteatro) , el escenario: sólo hay cuatro micrófonos , un piano eléctrico, un acordeón, una flauta y algún instrumento que no puedo reconocer, aguardan la presencia de los artistas, la luz sólo se concentra en ese ámbito. Ahora por la derecha, descienden, silenciosos, como espectros y ocupan cada uno su lugar. Son tres figuras, el de la voz, sentado, simple empieza a leer; mientras el piano y una flauta lo acompañan. cuenta como si no leyera;"El otro Borges", que suena como una queja y percibo cómo las palabras; se entreveran en el inconsciente de los espectadores. Así, con la lectura del cuento, ; la voz grave del poeta se mezcla en el cuerpo del intérprete y lo somete a un trance compartido. Borges nos cuenta y se cuenta a través de Santiago Kovladof, como si se confesase, la historia del impostor, que escucho asombrado. La música acompaña y se fusiona. a veces suave otras, estridente, a , en la bruma de mis propios sueños . Los veo, uno al piano y otro en la flauta, un trío. La oscuridad es cómplice, es un espejo que multiplica las conjeturas, un tambor imperceptible.late, en el aire denso. Ahora; poseídos por el hechizo,navegamos en un río, hacia nuestro propio centro."El aleph"así leído, estalla en ímagenes y reminiscencias, la infancia, los textos, la enciclopedia, la ruindad, el amor. Difícil explicar en forma secuencial,decir con palabras, lo que estos artistas consiguen; acaso su logro consista en acercarnos a nuestro propio abismo, a ese umbral que pudieron vislumbrar. el Dante ,Leonardo, Galileo o Marcel Schow, acaso el rostro de lo inefable. Así nos conduce al otro lado, nos escinde y viajamos a través de la perfección de los textos; por las páginas de lo no escrito, el propio libro de arena.
Maravillosa antología "Lo que Borges nos contó", respetuosamente tratada por estos tres artistas.
El fin, es el cuento, la controversia inacabable de los hombres, esa locura del que mata, para luego ser víctima del otro, del otro....la inmortalidad, aunque el que muera sea el propio Martin Fierro.
Recavarren, hace sonar el cencerro para contarnos con los ojos, lo que acaba de suceder.

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