jueves, 8 de mayo de 2014

Los raros del 102

La pareja subió por la puerta de atrás. Tenía dos chicos pequeños y se sentaron, el muchacho y el hijo mayor de unos cinco en el asiento doble al lado de la puerta, en el de atrás la muchacha ubicó al más pequeñito y se quedó parada. Al lado una chica de unos veinte años sonreía algo asombrada. Dos asientos atrás un enano hablaba por celular con voz aflautada.
- Como está la nena?- pasamela
--Hola cuquita, hiciste los deberes?- el petiso hablaba a los gritos y no le importaba molestar al pasaje.
El petiso había subido en Montes de Oca y Wenceslao Villafañe tras mío luego de despedirse de un conocido , luego recordé aquella voz desmesurada. Nos ubicamos pasando el ring side ,él en el último asiento doble de la derecha , yo adelante. En Constitución subió la pareja e impelido por el posible barullo encontré un asiento individual y me senté  a salvo de la voz estentórea y de la pareja bulliciosa.
Un memorable pasaje  me esperaba en un capítulo de los siete locos, escrita en 1929 y mientras lo leía la voz del enano se acercaba molesta como una mosca en verano. Arlt y su estilo galopante y doloroso a través de Erdosain viajaba en el tren hacia Ramos Mejía. el parejo traqueteo del tren, el recuerdo de la prostituta coja y de Ergueta que se había, por fin vuelto loco. El bar de la calle Sarmiento donde aullaban las fieras, las prostitutas, el manoseo de los chicos en los mingitorios, la locura genial.
-Si seguis jodiendo me bajo- dijo el muchacho que estaba sentado al lado de la chica. El chico a su lado llevaba puesta una gorra y se reía a los gritos con la boca llena de pan.
-Vas a ver a tu novio- le dijo a la madre. Pienso que era su madre- así te dá platita jajaja...
Tenía buen físico la chica erguida con media cabeza rapada. El padre, luego sospeché que fuera el hermano, jugaba con el celular. El colectivo doblaba en Saenz Peña, en la esquina un grupo de travestis esperaba la clientela frente a un hotel. Sobre el peldaño de un zaguán un morocho con calzas se pintaba los labios.
-Te digo que es una boluda, entonces?-bramaba el petiso sosteniendo el celular con una manito pequeña-me escuchás? sí? bueno te llamo.
"se volvió loco" recordaba Remo al farmacéutico, ya no se acordaba cuando le había dicho "tomatela turrito"
-Hijo de puta - gritó la muchacha por la ventana como si la chica de al lado no existiera - gil dame el porrito infeliz. Era guarra y sobre los asientos se derramaba la miga. El chico más grande eructó fuerte y se rajó un pedo.
-Basta pendejo que me bajo- dijo el muchacho.
Pasamos la central de policía, Erdosain caminaba bajo la lluvia en Ramos Mejía, el enano seguía hablando.
El 102 se detuvo por un rato frente a un negocio de armas y uniformes.
-Aquí aquí- dijo la muchacha cuando llegamos a Hipólito Yrigoyen. y se bajaron insultando al aire.
Erdosain  tocaba las puertas de una fábrica.
Me bajé en Santa Fé y el enano seguía hablando a los gritos por el celular con su voz estridente como el traje que lo vestía y le quedaba grande.

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