nos queda la palabra
una frase mínima
un poema
para hacerlo
del tamaño
de mi bolsillo
hay más espacio
para la idiotez
la realidad
es tan pequeña
y chata
que te la paso
por debajo
de la puerta
un papel
en blanco
a manera
de explicación
jueves, 29 de mayo de 2014
lobo ledesma
Después del malo
llega lo bueno
dura poco
hay que disfrutar
intensamente
lo dijo
el Lobo Ledesma
tras su hermoso
gol
ahora lloramos
su ausencia
como al tejedor
de los sueños
el hombre lobo
se fue con caperucita
y se llevó el corazón
llega lo bueno
dura poco
hay que disfrutar
intensamente
lo dijo
el Lobo Ledesma
tras su hermoso
gol
ahora lloramos
su ausencia
como al tejedor
de los sueños
el hombre lobo
se fue con caperucita
y se llevó el corazón
Hipertensión
He tomado tanta agua
que estuve llorando
excesivamente
porque recordé
a mi madre
los desalojos
oriné demasiado
me bajó la presión
casi me desmayo
junto a una fuente
y me bebí la suerte
y escupí monedas
de escaso valor
todo por tomar agua
para bajar la presión
que estuve llorando
excesivamente
porque recordé
a mi madre
los desalojos
oriné demasiado
me bajó la presión
casi me desmayo
junto a una fuente
y me bebí la suerte
y escupí monedas
de escaso valor
todo por tomar agua
para bajar la presión
martes, 20 de mayo de 2014
la otra orilla
No quiero
esta ciudad
como la muestran
los mapas
perfecta
con sus torres
de marfil
ni las estatuas
de Rodin
no quiero
a puerto
madero
ni a una foto
del riachuelo
ni el metrobus
donde la gente
viaja ordenada
y salta
en cada parada
no la quiero
me gustan
el olor a asado
los choripanes
las putas
en las esquinas
los borrachos
y sus groserías
los meares
rastro de piquetes
los wichis
y no esta postal
que ven los políticos
desde un helicóptero
ascéptica
inodora
esclerótica
y boluda
jueves, 8 de mayo de 2014
ARLT
la rosa
de cobre
es la rosa
que intenta
perpetuarse
perpleja
la soñaste
tras el insomnio
no era
tu padre
que te esperaba
a la mañana
para castigarte
larga pesadilla
es un edificio
lleno de ventanas
capítulos
de un texto
que sangra
la rosa
tiene la textura
del papel
donde mis dedos
acarician
y de a poco
se olvidan
y se inmiscuyen
en las confesiones
de un alucinado
Los raros del 102
La pareja subió por la puerta de atrás. Tenía dos chicos pequeños y se sentaron, el muchacho y el hijo mayor de unos cinco en el asiento doble al lado de la puerta, en el de atrás la muchacha ubicó al más pequeñito y se quedó parada. Al lado una chica de unos veinte años sonreía algo asombrada. Dos asientos atrás un enano hablaba por celular con voz aflautada.
- Como está la nena?- pasamela
--Hola cuquita, hiciste los deberes?- el petiso hablaba a los gritos y no le importaba molestar al pasaje.
El petiso había subido en Montes de Oca y Wenceslao Villafañe tras mío luego de despedirse de un conocido , luego recordé aquella voz desmesurada. Nos ubicamos pasando el ring side ,él en el último asiento doble de la derecha , yo adelante. En Constitución subió la pareja e impelido por el posible barullo encontré un asiento individual y me senté a salvo de la voz estentórea y de la pareja bulliciosa.
Un memorable pasaje me esperaba en un capítulo de los siete locos, escrita en 1929 y mientras lo leía la voz del enano se acercaba molesta como una mosca en verano. Arlt y su estilo galopante y doloroso a través de Erdosain viajaba en el tren hacia Ramos Mejía. el parejo traqueteo del tren, el recuerdo de la prostituta coja y de Ergueta que se había, por fin vuelto loco. El bar de la calle Sarmiento donde aullaban las fieras, las prostitutas, el manoseo de los chicos en los mingitorios, la locura genial.
-Si seguis jodiendo me bajo- dijo el muchacho que estaba sentado al lado de la chica. El chico a su lado llevaba puesta una gorra y se reía a los gritos con la boca llena de pan.
-Vas a ver a tu novio- le dijo a la madre. Pienso que era su madre- así te dá platita jajaja...
Tenía buen físico la chica erguida con media cabeza rapada. El padre, luego sospeché que fuera el hermano, jugaba con el celular. El colectivo doblaba en Saenz Peña, en la esquina un grupo de travestis esperaba la clientela frente a un hotel. Sobre el peldaño de un zaguán un morocho con calzas se pintaba los labios.
-Te digo que es una boluda, entonces?-bramaba el petiso sosteniendo el celular con una manito pequeña-me escuchás? sí? bueno te llamo.
"se volvió loco" recordaba Remo al farmacéutico, ya no se acordaba cuando le había dicho "tomatela turrito"
-Hijo de puta - gritó la muchacha por la ventana como si la chica de al lado no existiera - gil dame el porrito infeliz. Era guarra y sobre los asientos se derramaba la miga. El chico más grande eructó fuerte y se rajó un pedo.
-Basta pendejo que me bajo- dijo el muchacho.
Pasamos la central de policía, Erdosain caminaba bajo la lluvia en Ramos Mejía, el enano seguía hablando.
El 102 se detuvo por un rato frente a un negocio de armas y uniformes.
-Aquí aquí- dijo la muchacha cuando llegamos a Hipólito Yrigoyen. y se bajaron insultando al aire.
Erdosain tocaba las puertas de una fábrica.
Me bajé en Santa Fé y el enano seguía hablando a los gritos por el celular con su voz estridente como el traje que lo vestía y le quedaba grande.
- Como está la nena?- pasamela
--Hola cuquita, hiciste los deberes?- el petiso hablaba a los gritos y no le importaba molestar al pasaje.
El petiso había subido en Montes de Oca y Wenceslao Villafañe tras mío luego de despedirse de un conocido , luego recordé aquella voz desmesurada. Nos ubicamos pasando el ring side ,él en el último asiento doble de la derecha , yo adelante. En Constitución subió la pareja e impelido por el posible barullo encontré un asiento individual y me senté a salvo de la voz estentórea y de la pareja bulliciosa.
Un memorable pasaje me esperaba en un capítulo de los siete locos, escrita en 1929 y mientras lo leía la voz del enano se acercaba molesta como una mosca en verano. Arlt y su estilo galopante y doloroso a través de Erdosain viajaba en el tren hacia Ramos Mejía. el parejo traqueteo del tren, el recuerdo de la prostituta coja y de Ergueta que se había, por fin vuelto loco. El bar de la calle Sarmiento donde aullaban las fieras, las prostitutas, el manoseo de los chicos en los mingitorios, la locura genial.
-Si seguis jodiendo me bajo- dijo el muchacho que estaba sentado al lado de la chica. El chico a su lado llevaba puesta una gorra y se reía a los gritos con la boca llena de pan.
-Vas a ver a tu novio- le dijo a la madre. Pienso que era su madre- así te dá platita jajaja...
Tenía buen físico la chica erguida con media cabeza rapada. El padre, luego sospeché que fuera el hermano, jugaba con el celular. El colectivo doblaba en Saenz Peña, en la esquina un grupo de travestis esperaba la clientela frente a un hotel. Sobre el peldaño de un zaguán un morocho con calzas se pintaba los labios.
-Te digo que es una boluda, entonces?-bramaba el petiso sosteniendo el celular con una manito pequeña-me escuchás? sí? bueno te llamo.
"se volvió loco" recordaba Remo al farmacéutico, ya no se acordaba cuando le había dicho "tomatela turrito"
-Hijo de puta - gritó la muchacha por la ventana como si la chica de al lado no existiera - gil dame el porrito infeliz. Era guarra y sobre los asientos se derramaba la miga. El chico más grande eructó fuerte y se rajó un pedo.
-Basta pendejo que me bajo- dijo el muchacho.
Pasamos la central de policía, Erdosain caminaba bajo la lluvia en Ramos Mejía, el enano seguía hablando.
El 102 se detuvo por un rato frente a un negocio de armas y uniformes.
-Aquí aquí- dijo la muchacha cuando llegamos a Hipólito Yrigoyen. y se bajaron insultando al aire.
Erdosain tocaba las puertas de una fábrica.
Me bajé en Santa Fé y el enano seguía hablando a los gritos por el celular con su voz estridente como el traje que lo vestía y le quedaba grande.
A Edgar Bayley
Mi amigo
soñó el diseño
la torre de marfil
el armado perfecto
la exacta coincidencia
del alerta
y la inocencia
para que el poema
sea
escribió
dicha de palabras
aunque no necesitó
nunca
acudir
a la academia
lo hizo
porque sí
como cuando
uno muere
y todos
somos silencio
mi amigo
con su pila de libros
y la claridad
del albatros
que nunca vimos
y soñamos.
soñó el diseño
la torre de marfil
el armado perfecto
la exacta coincidencia
del alerta
y la inocencia
para que el poema
sea
escribió
dicha de palabras
aunque no necesitó
nunca
acudir
a la academia
lo hizo
porque sí
como cuando
uno muere
y todos
somos silencio
mi amigo
con su pila de libros
y la claridad
del albatros
que nunca vimos
y soñamos.
Rareza Triste
El mes de noviembre en mi familia es el mes de los estigmas. Parece que la puerta del cielo o la del infierno se abriera y nos convocara.
-Se cayó de la escalera.
Marta la madre de mi amigo dijo desde la lejanía por teléfono.
En Buenos Aires era una atardecer húmedo de noviembre.
-Como que se cayó de la escalera
-Así me dijo la Negrita para que te avise- dijo Marta. La Negrita era mi madre.
- Y me dijo que le avises a tu papá- Marta era una mujer dulce que usaba gruesos anteojos oscuros.
Era 1974 y yo deambulaba sin ton ni son por la ciudad. Juan Carlos mi primo estaba muerto, ya no estaba, lo asesinó la triple A y recién terminábamos de enterrarlo. Fue fusilado y tuvimos que velarlo en su casa de la calle Austria a cajón tapado. Lo habían levantado en el Chocón la pizzería de la calle Las Heras junto a un amigo y había aparecido muerto en Garín.
Y ahora mi hermano en la lejanía quizá agonizaba.
Y ahora tenía que ir a contarle a mi viejo que vivía en colegiales.
-Cómo que se cayó?-dijo
-Nó estos hijos de puta se meten con nosotros y nos matan- dijo
-Y si no fuera así.
-Yo sé-dijo sollozando.
Esta manera familiar de imaginar los finales viene del fondo del tiempo, sobre todo en los artistas.
Efectivamente, mi hermano murió apenas llegamos y nos pudo sentir.
Era una hermosa tarde de noviembre luminosa y seca y nosotros llorábamos en silencio.
-Se cayó de la escalera.
Marta la madre de mi amigo dijo desde la lejanía por teléfono.
En Buenos Aires era una atardecer húmedo de noviembre.
-Como que se cayó de la escalera
-Así me dijo la Negrita para que te avise- dijo Marta. La Negrita era mi madre.
- Y me dijo que le avises a tu papá- Marta era una mujer dulce que usaba gruesos anteojos oscuros.
Era 1974 y yo deambulaba sin ton ni son por la ciudad. Juan Carlos mi primo estaba muerto, ya no estaba, lo asesinó la triple A y recién terminábamos de enterrarlo. Fue fusilado y tuvimos que velarlo en su casa de la calle Austria a cajón tapado. Lo habían levantado en el Chocón la pizzería de la calle Las Heras junto a un amigo y había aparecido muerto en Garín.
Y ahora mi hermano en la lejanía quizá agonizaba.
Y ahora tenía que ir a contarle a mi viejo que vivía en colegiales.
-Cómo que se cayó?-dijo
-Nó estos hijos de puta se meten con nosotros y nos matan- dijo
-Y si no fuera así.
-Yo sé-dijo sollozando.
Esta manera familiar de imaginar los finales viene del fondo del tiempo, sobre todo en los artistas.
Efectivamente, mi hermano murió apenas llegamos y nos pudo sentir.
Era una hermosa tarde de noviembre luminosa y seca y nosotros llorábamos en silencio.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)