miércoles, 24 de abril de 2013

Raro

hay una nube
que tiene la forma de tu rostro
sólo hay que mirar un rato
como se desplaza entre los altos
y espejados edificios de Puerto Madero
entre el azul plomizo
y el olor de la ciudad
los uniformados y los helicópteros
donde los hombres
llevan sus valijas repletas de carne
y las grúas y los cables y los barcos
ahora viene hacia tí
y de pronto te envuelve
y ya no eres lo que eras
por un rato te has olvidado
las llaves que abren la puerta
de tu alma
y solo puedes ver
desde afuera el interior de tu casa
es la ciudad una enorme
cáscara vacía
los hombres se han ido lejos
detras de un sol que se extingue
los hombres desde arriba
ignoran el trazado de las avenidas

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